La tómbola de la vida
Cuando en los tiempos que corren ni siquiera un albañil, libre de parientes, tiene el futuro asegurado, "hijos" de la Complutense con escasos méritos brotan como hongos, copan puestos de responsabilidad con sueldos estratosféricos, comparados con el común de los mortales (muy alejados de lo prometido en su periodo de "virginidad"), e ilustran a los mortales sobre los valores y virtudes que deben marcar nuestra existencia.
Ejemplo de libro es el de Lilith, la hija de Jorge Verstrynge, que hace un par de meses en un acto público, con voz de pito y la estética desmadejada de una mantis religiosa, exhortaba a los jóvenes a "vaguear" pontificando que "la meritocracia es un mito" y que "el esfuerzo no importa" en esta sociedad tan materialista, hedonista y comatosa.
El tiempo le ha dado la razón y hoy, vagueando, sin mérito, sin esfuerzo, ha sido "premiada" por otra "premiada", Ione Belarra, como secretaria de Estado de Agenda 2030, con un sueldo público de 123.772 euros.
Hombre, no me diga ahora que le ha fallado el sonotone. Ha oído perfectamente. Lo repito: 123.772 euros.
Comprendo que sienta usted vergüenza ajena y lamente su mala suerte; puede incluso que desfallezca su espíritu democrático y dude hasta de su condición de Homo sapiens (sobre todo sapiens), pero no se rinda. Los que somos de su época, también hipocondriacos en busca de atención, reconocemos su mérito y sentimos que no haya disfrutado de la vida, sentimos su trabajo, su esfuerzo por mejorar y el escaso premio conseguido. Lo sentimos.
Mientras usted y otros muchos como usted nos reponemos de esta evidencia de dislates presentes, pasados y futuros a mayor gloria estudiantil de peta y botellón, urge, por ética, estética y decoro público, que la Universidad Complutense deje de ser la Universidad pública más antigua de Madrid, eche el candado y mute a ONG dedicada a acoger okupas, inmigrantes y "fumetas" (Pablo Iglesias quiere regresar como profesor asociado el próximo curso), borrando de paso todo vestigio de relación de la troupe comunista con esa Universidad bicentenaria.
Ahora que está de plena actualidad la ley de "memoria democrática", pienso que Sánchez podría dar otro golpe de efecto de los suyos recuperando la ley de "vagos y maleantes" (socialista, por cierto) y su inmediata aplicación. Haría mucho bien.
Saludos cordiales,
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