¿Escándalo?, pues eso, normal
Los escándalos políticos ni siquiera mueven ya a ese puñado de orquestados por organizaciones interesadas pagadas con favores o con promesas; o en casos especiales por la CIA de aquí o allá, mientras que la gente normal, o mejor dicho, la gente común, soporta con resignación lo inevitable, y lo que es peor, sin esperanza. Si quedaba alguna, los escándalos religiosos la han convertido en esperanza agnóstica. Es decir: nada.
Si Ortega y Gasset levantara la cabeza, se sorprendería al comprobar cómo ha desaparecido el poder de las masas. ¿Por qué?, porque ya no se promocionan los ideales que les dieron valor. Los principios morales ya no se enseñan ni se aprenden, cuanto menos las gestas altruistas. El interés de los que ostentan poder, grandes y pequeños, ha dominado la voluntad popular con el miedo a perder eso mismo: su propio y minúsculo interés personal. Los altos valores morales han sido relegados a los intereses de los poderes de este mundo, a la promoción personal y al pelotazo. Cualquier político que haya comenzado su carrera de buena fe sabe perfectamente dónde acabará. Lo mismo puede sucederle al que se prepara para clérigo en la cristiandad. En el mundo musulmán absorben ambos papeles.
En nuestro mundo, la religión profesionalizada no solo tiene que andar pidiendo perdón por escándalos innombrables, es además escandalosamente rica, y está escandalosamente concordatada con el poder político, al que ha apoyado y sigue apoyando en sus guerras; aunque la verdad es que ya es menos necesaria su influencia en las masas, y eso va a facilitar que la bestia política mundial decida desvincularse de su vieja amante, a la que ya no necesita, y no solo le retire todo apoyo, aliviando así la carga ante la crisis que se avecina, sino que derive sus posesiones al Estado. Puesto que "cualquiera que quiere ser amigo del mundo se está haciendo enemigo de Dios" (Santiago 4:4), y que la verdad va por otro camino, uno no escandaloso, la verdadera espiritualidad, y la esperanza no proviene de las organizaciones humanas ni de las masas, quizá se acerca otro tiempo para el individuo decente y leal. "Al que sigue un rumbo fijo le haré ver la salvación de parte de Dios" (Salmos 50:23).
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

