¿Qué sinrazón mueve a desmontar el estudio de las Humanidades?

El programa del presente plan de estudios de reducir la historia a la Edad Contemporánea, además de un intento ideológico desesperado para borrar el pasado, es un proyecto para deshacer nuestra cultura, algo que empezó a hacerse con la entrada de los Borbones en el siglo XVIII. Desde entonces, olvidando nuestra tradición, hemos pasado a ser imitadores de franceses, alemanes o ingleses. Lo de ahora es más grave y profundo, tiene como objetivo crear una sociedad deshumanizada, a capricho y desvarío de unos ideólogos que llevan al nihilismo.

Cada pueblo tiene su historia, que se compone de la acumulación de hechos, personajes y épocas que nos han precedido y han dado el carácter del pueblo. Reflexionemos sobre un hecho que ha sido el más importante de la historia de la humanidad, y que se quiere ocultar: el descubrimiento de un continente con nuevos pueblos y su introducción en la cultura universal, que es lo que hizo España con América. Este hecho, sin ninguna lógica, se está convirtiendo en una acusación que denota ignorancia en la interpretación de la historia.

Si con los Borbones se quiso olvidar la edad de oro de España, hoy ha aparecido un movimiento más peligroso, porque no comprende lo que es la historia y la evolución de las culturas. Se trata de despertar la cultura amerindia, promovida por la izquierda, con graves denuncias, que vuelven a avivar la antigua leyenda negra contra España, con acusación de toda clase de excesos. No se puede comprender que nuestros políticos fomenten ese movimiento, olvidando o renegando de lo que fue la historia, pues se elevaron esos pueblos a un nivel cultural que de otra manera difícilmente hubieran podido alcanzar.

Y aquella elevación de la cultura no fue algo extraño, pues lo mismo sucedió a España, y a las principales naciones europeas. Lo que se dice de la cultura amerindia se podría decir de la cultura de los pueblos prerromanos. ¿Quién hace problema por la cultura celtíbera de la que se conservará algo en el folclore de algunos pueblos? La cultura de los pueblos bárbaros fue superada por las enseñanzas de la cultura clásica greco-romana, y a esta absorción, por una cultura superior, nadie le hace ninguna acusación, sino que se cree que fue la causa del avance social que ha tenido Europa. ¿Quién se acuerda, hoy día en Europa, de rechazar la cultura greco-romana, echando de menos la desaparición de las costumbres de los pueblos anteriores? Más bien creen que es un acierto haber asumido esta cultura. ¿Y por qué no en América?

Ese avance cultural del que se gloría Europa no se comprende si se produce un desmantelamiento de las Humanidades, como se hace en la nueva ley de enseñanza, cuando fue lo que hizo avanzar la cultura. Es un enorme error, el nuevo sistema de enseñanza, pues lleva a no comprender cuáles son los antecedentes de lo que es la cultura que rige a toda Europa. Por lo que no extraña que esta nueva ley haya causado una conmoción en todas las personas cultas que han hecho estudios de Humanidades, pues todos los grandes filósofos y pensadores españoles, franceses y alemanes han creado sus teorías porque eran muy conocedores de los autores griegos y latinos en sus lenguas originales, y sobre esta base construyeron sus hipótesis de filosofía.

Se hizo ya difícil comprender y profundizar en la filosofía desde que se empezó a suprimir el griego y el latín, y no poder estudiarla en su lengua original, como hicieron los grandes filósofos. Pero para la actual enseñanza esto no tiene importancia, pues se resuelve suprimiendo los mismos estudios de Filosofía. Con lo que es claro lo que se pretende, que los estudiantes no aprendan a pensar. Entonces uno se pregunta: ¿En qué va a consistir la cultura? ¿Qué nivel de pensamiento van a tener las futuras generaciones? No podrán leer un libro clásico porque no llegarán a comprender lo que nos transmitieron nuestros antepasados.

¿Qué siniestras razones mueven a desmontar las Humanidades? Pues son las que nos han enseñado qué es el hombre, cuáles sus problemas y cuál la forma de convivencia, así como los principios que rigen la sociedad. Las Humanidades nos han enseñado la forma de relación de la sociedad, que se rige por los principios de dignidad de la persona, la igualdad y la libertad. Si nos quitan el conocimiento de estas ideas es claro que caminan hacia sistemas políticos dictatoriales. «Soslayar nuestras raíces, desde el mundo clásico al medievo, es perder toda noción de cómo pensamos, qué lengua hablamos y cómo hemos leído y soñado nuestro arte, literatura y música».

Hoy andamos comprometidos con las pantallas de internet, smartphones y TV, que nos imponen el qué ver y el qué pensar a través de muñecos políticos, mientras se ocultan la historia, la filosofía y las lenguas como el latín y el griego, formadoras de nuestra cultura, de lo que antes en Secundaria se daba una gran formación. Se cree que lo que interesa es lo reciente, lo actual y cosas que la gente cree ingenuamente que así facilitan a los hijos acceder al mercado laboral. Y no es cierto, no van a tener más trabajo por saber inglés, que solo servirá para una inmensa minoría, finanzas, que les basta con saber administrar su sueldo como se ha hecho siempre, o gastronomía, que lo que más gusta es la comida de las abuelas. Más les valdría a los estudiantes no olvidar qué es lo que marca la diferencia para pensar, elevarse y entusiasmarse. Que es lo específicamente humano e inspirador.

Los saberes de siempre, los que forjaron las universidades, pese a los avances de tantos descubrimientos y promesas de las ciencias, que además fueron las bases para esos adelantos, no deben ser olvidados. Todos los adelantos que se hayan hecho en cualquier momento y en cualquier tema de desarrollo se han basado en el concepto de persona que nos han legado las Humanidades. Al final el pensar según la filosofía clásica ha sido el elemento de la mayor utilidad, pues ha marcado el avance de la cultura y de la ciencia.