La estupidez sí que tiene límites
Si por estúpidos consideramos a las personas torpes y a los cretinos, podría parecer que la estupidez no tiene límites. Pero sí que los tiene y estos son los que pongamos cada uno de nosotros cuando detectemos a los “listillos” de turno, a los indocumentados que pretenden impresionarnos y que lo único que suelen conseguir es hacer el ridículo. A veces no es fácil “descubrirlos” porque presentan muchas caras y hay que estar muy atentos para que no nos las “cuelen” porque salen como setas.
No estoy de acuerdo con Albert Einstein cuando afirmó que la estupidez humana no tiene límites, porque sí que los tiene y somos nosotros quienes debemos fijarlos. El gran problema es la desmadrada e ilimitada proliferación de estúpidos, entre los que espero no encontrarme, aunque en algunas ocasiones me comporte o me haya comportado como tal. Es lo que hay.
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