La expropiación de suelo público con la nueva normativa de terrazas de Oviedo
La táctica del Ayuntamiento de Oviedo no deja de ser curiosa y falaz ya que su única pretensión es cargarse lo antiguo y promocionar y proteger lo nuevo con un único beneficiario, que no es otro que una parte, no toda por suerte, de la hostelería. Es el acoso y derribo de toda la normativa de terrazas aprobada hace unos años por unanimidad de todos los grupos municipales y el consenso de todas las asociaciones de vecinos de la ciudad.
La supresión de plazas de aparcamiento, la ocupación del 75% de las plazas públicas por los hosteleros, la posibilidad de extender lateralmente 15 metros las terrazas, etcétera, etcétera, y, aunque personalmente no creo en conspiraciones, me hace pensar que toda esta estrategia de acoso al ciudadano solo sirve a intereses muy concretos que casi todos los ovetenses conocemos.
Las plazas de aparcamiento que se suprimen son las que ocupan las clases medias y trabajadoras, que no disponen de garajes, son las que necesitan repartidores, vendedores, servicios de todo tipo, a los que cada día se hace más difícil encontrar un lugar donde dejar su vehículo. Son las plazas que permiten acceder, a los visitantes y ciudadanos, a los comercios de toda la vida, a los que cada vez se ahoga más obligándoles al cierre.
Quién puede entender que se permita ampliar las terrazas hasta 15 metros laterales del local de hostelería sin el permiso de los propietarios de los edificios afectados. Si cuando compraron su vivienda existiese un local de este tipo, la mayoría buscarían un lugar menos problemático. Nadie, legalmente, puede obligar a otro a soportar el ruido que las terrazas suponen y mucho menos conculcar el derecho al descanso que la ley española recoge y la normativa europea protege y ampara con normativas de obligado cumplimiento y sentencias firmes y, por cierto, muy duras tanto de nuestro país como de la Comunidad Europea.
Por último, la joya de la corona, la ocupación del 75% de las plazas públicas de la ciudad por hosteleros, es decir, el impedir que los niños, como siempre hicieron, jueguen libremente en las plazas; el impedir que muchos ciudadanos que a lo largo del día disfrutan de sus bancos puedan hacerlo. Es canallesco que quien no disponga de medios económicos suficientes para pagarse una consumición en una terraza no pueda disfrutar de un bien público como son las plazas; es injusto, también, para el resto de los hosteleros que por diferentes motivos no pueden tener terraza y ven sus locales vacíos mientras otros se forran a costa de ocupar suelo público que se mantiene con sus impuestos y los de todos los ciudadanos y del que abusan unos pocos en su beneficio.
Que alguien me aclare qué se hará con los bancos de las plazas cuando el 75% de las mismas estén ocupadas por mesas y sillas y para sentarse las tenga pegadas a medio metro o a menos, tal y como viene sucediendo hoy en día.
Cómo pueden los niños jugar y los ciudadanos disfrutar con los 25 metros que les deja el Ayuntamiento para su solaz en las plazas con suelo público de la ciudad. Que alguien me explique esta expropiación solapada del suelo de todos y que mantenemos con nuestros impuestos.
Sería interesante saber los motivos por los que determinados hosteleros mantienen ilegalmente ocupados espacios públicos que se autorizaron solamente durante la pandemia y no son objeto de las sanciones correspondientes y de la retirada del mobiliario por el propio Ayuntamiento.
Es muy posible que aunque piensen que en aras del progresismo estas acciones les facilitarán un buen número de votos, es más fácil que estos se marchen por otro lado, por el lado de sus víctimas.
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