Excusación sin fundamento
Ya hace muchos años que alguien dijo que en una guerra la primera víctima es la verdad. Y eso que entonces no existían los medios electrónicos de desinformación que hoy existen.
He explicado lo que es la «propaganda negra» (ver mi carta en LNE de 12 de mayo titulada «Un nuevo orden mundial. Truman abducido por Churchill. El PWE»).
En mi carta que publicó LA NUEVA ESPAÑA el 31 de julio pasado, de título «Los grupos de presión de la OTAN», explicaba lo que son los lobbies y cómo funcionan.
Todo este exordio para preparar al lector sobre lo que a continuación escribo:
El 29 de julio pasado un misil Himars impactó en la prisión de Olenivka, en territorio del Donetsk controlado por el ejército ruso, y provocó la muerte de más de 50 soldados ucranianos que con otros cientos estaban recluidos en esa cárcel. Son soldados de Zelenski que ante el avance de las fuerzas rusas se habían hecho fuertes en la acería Azovstal de Mariúpol, y que se rindieron a los soldados rusos, a pesar de que Zelenski les ordenó que no se rindieran.
Ucrania no tiene tecnología para fabricar misiles; EE UU suministró estos misiles a Ucrania, según ha reconocido un funcionario estadounidense, como figura más abajo, que se han convertido en pieza vital del esfuerzo bélico ucraniano. Los misiles no se disparan solos, hay que programarlos; como lo soldados de Zelenski no han utilizado nunca esta marca de misiles, es seguro que personal estadounidense esté incluido en la entrega de esas baterías.
El párrafo anterior es incontrovertible, su validez es absoluta y definitiva. Por ello lo que conviene que, cuanto antes, se averigüe por entidades independientes como la ONU lo siguiente: quién del ejército de Zelenski dio la orden de disparo; y qué esperaba obtener de ese crimen de guerra. Tal parece que alguien nervioso por la desmoralización de las tropas de Zelenski haya querido hacer ver a quienes se rindan que pueden ser carne de misil. Y ese alguien no es ucraniano.
Lo que leerán a continuación es una mezcla de desinformación, de «propaganda negra», y de la fuerza de los lobbies de la OTAN, que se publicó en el teletexto de TVE el 4 de agosto.
«Un funcionario del Gobierno de Estados Unidos dijo el jueves que Rusia se dispone a falsificar pruebas para acusar a Ucrania de bombardear una prisión en una zona controlada por las fuerzas rusas que dejó decenas de prisioneros de guerra ucranianos muertos.
Creemos que los funcionarios rusos tratan de falsificar las pruebas para atribuir a las fuerzas ucranianas el ataque a la prisión de Olenivka del 29 de julio», aseguró el funcionario a la AFP, solicitando el anonimato. Añadió que «los rusos intentarán inculparlos ( ... ) antes de que los periodistas y los posibles investigadores lleguen al sitio», aludiendo a información obtenida por agencias de inteligencia estadounidenses que no fue divulgada ¡blanco y en botella! Ya conocemos la nacionalidad de ese «alguien» que no es ucraniano.
A esa excusación basada en el aforismo: «la mejor defensa es un ataque», debe aplicarse otro aforismo: excusatio non petita accusatio manifesta.
Es lógico que EE UU y Zelenski estén preocupados por el impacto que la noticia de dichos asesinatos va a causar entre los muchos ciudadanos que «ya se han caído del guindo» (ver mi carta en LNE del 20 de julio, titulada: «Ya algunos empiezan a caer del guindo’’).
Antes de culpar a la tendenciosa agencia de noticias que tiene contratada RTVE de haberse inventado la noticia, lo que suele hacer con frecuencia, investigué si tal noticia había sido publicada en otros países, y ¡bingo a la primera!: lo publicaron medios suizos. No era necesario que siguiera buscando más países. Todos los que se llaman a sí mismos «occidentales», es decir, aquellos cuyos dirigentes son secuaces del imperio USA lo publicaron.
Parafraseando a Talleyrand: el lanzamiento del misil fue un crimen y un error.
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