Alcaldesa, vuélvase a Oviedo
Después de defraudar a propios y a extraños, esta señora quiere repetir en el primer sillón del Consistorio gijonés. Para mí, que no lo ha visto más gordo en su vida, y además con el poder de hacer, o deshacer, a su antojo. Eso de respetar la opinión de la mayoría, lo que se entiende por democracia, no va con ella.
Hay que ser muy desvergonzado para presentarse a alcalde de la ciudad rival y tomar, como primera medida, la subida de su propio sueldo. Pues así empezó la susodicha, Ana González, su mandato en Gijón. Se coló como los enemigos en «El caballo de Troya»; esta vez sirvió de equino el PSOE, pues pocos la conocían, y ya sabemos la mala costumbre ciudadana de votar a las siglas sin más miramiento.
«Lo que mal empieza, mal acaba», predice un sabio refrán, y esta no será una excepción. No hace falta ser pitoniso para predecir que la actual regidora no volverá a serlo tras las próximas elecciones municipales, quiéralo o no, ya que el descontento entre los votantes socialistas está muy extendido, tanto que no escapa a la cúpula del partido. El PSOE sabe lavar bien «la ropa» en casa; pero esta vez «los trapos» se ven desde afuera. Saltándose los estatutos, tratan de aparentar normalidad buscando unas primarias locales que frenen la pretensión de aquella, ya que ven acercarse una nube de las que eclipsan llamada Carmen Moriyón. El PP no les asusta, pues sigue con sus guerrillas internas, y el portavoz de Vox menos; este fiasco también descarrilará antes de las siguientes.
Por todo ello, creo que el único camino digno que le queda a la ovetense es mi recomendación inicial, la expresada en el título. No se ofusque con el apoyo del presidente regional, está motivado por ciertas afinidades con usted, y para evitarse una posible competencia.
La vanidad se puede tolerar en aquel que desarrolla una buena labor; pero la prepotente imposición personal, contraria a la opinión mayoritaria, no. Esta señora representa a un pueblo grande y plural, como es el gijonés; sin embargo, tal representación la ejerce solo cuando le da la gana. Por si le ha quedado algún sector ciudadano al que enfrentarse, ahora lo hace a su propio partido.
El final de la Alcaldía antigijonesa parece cercano. Esperemos que el PSOE afine mejor con su próximo candidato, sea hombre o mujer.
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