¡Boquiabiertos estamos!
Los padres y madres de la escuela de Otur del Colegio Rural Pintor Álvaro Delgado estamos boquiabiertos, ¡sí, señores, literalmente con la boca abierta!, abrumados después de leer la carta enviada el día 14 de octubre por nuestra vecina doña Mercedes Ariza Merino, madre de un ex alumno de la escuela.
A la escuela de Otur acuden 25 niños, en total unas 17 familias tenemos a nuestros hijos matriculados en dicha escuela.
¿Acaso somos los padres de estos niños unos irresponsables que no pensamos en la educación y en el bienestar de nuestros hijos?
Empezaremos hablando de la escuela rural como una escuela familiar, en la que convivimos todos, niños, profesores y familias.
Los niños van a la escuela de su pueblo con sus vecinos y reciben la misma educación que cualquier niño que acude a un colegio público, no hablamos por hablar, nuestras palabras quedan demostradas por los resultados que obtienen los niños una vez que pasan al instituto. Todo el profesorado, pero, en concreto, el profesor al que se hace mención en la desafortunada carta es un excelente profesional. Lleva 6 años en nuestra escuela y siempre tuvo un trato cercano y amable con los niños y las familias. ¡No están escasos nuestros hijos de calor humano en su escuela!
Es injusto que se desacredite tan alegremente a un profesor por problemas personales o particulares que nada tienen que ver con el sentimiento del resto de las familias.
En cuanto a las instalaciones, tenemos calefacción y recientemente pintaron las aulas, no pasan frío nuestros hijos y tampoco están rodeados de ratones. Es una escuela de pueblo cuidada en la medida de lo posible por el Ayuntamiento de Valdés.
Por último, decir a doña Mercedes que, por supuesto, no queremos que los colegios rurales se cierren, valoramos positivamente la educación que nuestros hijos reciben, pero no creemos que la mejor manera de evitar el cierre de estos colegios sea la de desacreditar las instalaciones de una escuela que en su día también sirvió de cobijo para su hijo.
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