Wild-Somiedo
En la madrugada del 17-18 de agosto, hacia las 6 de la mañana, unos desalmados, mal nacidos, intentaron acabar con el proyecto de unos jóvenes, que con gran esfuerzo económico, ilusión y mucho mucho trabajo habían creado.
Se trata de la instalación de una Food-Track en el alto de La Farrapona, en el concejo de Somiedo, siendo un atractivo más, a los ya innumerables que de por sí presenta el municipio, y prestando un gran servicio, a todo aquel caminante/visitante que se adentra a descubrir la inmensa belleza del conjunto lacustre de los lagos de Saliencia y todo su entorno, y que unos descerebrados trataron de cercenar tirando el equipamiento monte abajo, y con él los sueños de esta joven y emprendedora pareja.
En estos tiempos en que una gran parte de la sociedad desconoce o desdeña valores tan encomiables como el emprendimiento, el trabajo y la seriedad, y, por contra, se trata de vivir con el mínimo esfuerzo, de las ayudas, el engaño, y las subvenciones, obviando en la medida de lo posible el pago de impuestos, y el aporte conjunto de todos para el avance social, deberíamos apoyar y aplaudir el ejemplo de estos jóvenes, que con gran tesón, sacrificio, y sin ayudas administrativas, son capaces de poner en práctica proyectos tan innovadores, creativos, sostenibles y viables como Wild-Somiedo, y máxime cuando estos son desarrollados en el entorno rural.
Uno puede entender (desde luego, no compartir, aprobar y en modo alguno justificar) determinadas conductas más que reprobables del ser humano como pueden ser el robo o la venganza, a pesar de ser estas punibles y totalmente deleznables desde el punto de vista ético-moral; pero le cuesta mucho asimilar que el ser humano llegue a caer en la bajeza moral de ocasionar daño por el mero hecho de hacerlo, siendo plenamente consciente de ello y sin obtener ningún beneficio a cambio, más que el retroalimentar su falta de valores y sus propios desórdenes mentales. Dentro del reino animal no se produce este tipo de comportamiento en ninguna especie, y nos muestra la degradación moral que puede llegar a alcanzar algún individuo de los denominados “Homo sapiens”.
Hechos tan execrables como estos se vienen produciendo desde hace tiempo en el concejo de Somiedo (desaparición de reses y quema de pacas de un joven ganadero en Valle de Lago, que también con mucho trabajo e ilusión trata de abrirse camino en el ya de por sí difícil mundo ganadero; destrozos de mobiliario, enseres y señalizaciones públicas y privadas, etc.). Creo que todos los somedanos (de nacimiento y de adopción), así como las administraciones y entes al servicio del ciudadano (Ayuntamiento, Justicia, Guardia Civil) no debemos permitir que unos pocos individuos cuyo calificativo prefiero no plasmar en estas líneas ensucien el buen nombre de Somiedo y sus gentes, que desde el primer momento se volcaron en el apoyo a esta joven pareja, ofreciéndoles toda su solidaridad, cuando no su trabajo, dedicación y medios materiales, como la maravillosa gente de Saliencia, que les faltó tiempo para ayudar a sacar la Food-Track del barranco .
Los padres deberíamos de plantearnos también qué tipo de valores estamos transmitiendo a nuestros hijos. Todos queremos lo mejor para ellos, y en la inmensa mayoría de los casos estaríamos dispuestos a dar lo más preciado de nosotros para obtener su bienestar, pero actos como estos en los que la degradación de los principios por los cuales se debe regir la condición humana llega a esos extremos considero que deben ser enérgicamente repudiados tanto por conocidos, amigos y, por supuesto, por familiares.
Espero que más pronto que tarde los responsables de transformar el lema que estos chicos habían escogido como denominación de su empresa Wild-Somiedo -Somiedo Salvaje-, en alusión a la pureza de su territorio, y que estos individuos convirtieron en su más primaria acepción referida a la condición humana, acaben pagando tanto los numerosos daños emergentes como el lucro cesante, ya que el daño anímico-moral de estos valientes emprendedores debe verse recompensado con las infinitas muestras de cariño y solidaridad que tanto en redes sociales, llamadas telefónicas y adhesiones personales están recibiendo de las buenas gentes de Somiedo y de muchos otros sitios, lo cual debe hacernos seguir creyendo en que la inmensa mayoría de la gente es solidaria, comprensiva, afectuosa y, en una palabra, “buena gente”, a pesar de que hay un puñado de impresentables como los autores de estos tristes acontecimientos indignos de vivir libremente en comunidad.
Ánimo, chicos, adelante con vuestra determinación, tesón, trabajo e ilusión, vuestro éxito es el éxito de las muchas personas que os apoyamos y os queremos.
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