A propósito del bardial de la Florida
El pasado 14 de agosto, en un artículo publicado en este periódico, el Sr. Alcalde arremetía contra las protestas de los vecinos en referencia al polémico Recinto Ferial de la Florida.
Dicho recinto, se proyectó como equipamiento municipal polivalente (un cajón de sastre permanente para albergar todo tipo de movidas multitudinarias del concejo de Oviedo), en una parcela municipal para equipamiento de barrio, que dista escasos diez metros de nuestras viviendas.
A petición de los vecinos de la Florida, la A VV hace una encuesta a los socios para conocer su opinión y el resultado sale mayoritariamente en contra del recinto, pero el Ayuntamiento, desoyendo las quejas e inconvenientes, decide seguir adelante.
En el citado artículo el Sr. Canteli, haciendo alarde de su talante democrático, acusa a los que no hemos dejado de protestar de ir en contra del progreso, y declara que “arrogándose una representatividad que no tienen”, nos define como “supuestos líderes vecinales y sociales que se creen la élite elegida para defender la esencia de Oviedo”, “jubilados anclados en el pasado que tienen nostalgia por lo antiguo y que se resisten a entender que no tienen nada que aportar”... Alardeando, además, de eliminar un “bardial” en la Florida".
Pues bien, Sr. Canteli, la que aquí escribe es una de esas jubiladas que vive a escasos 10 metros del “bardial” y que se arroga la representatividad de quienes respetan las leyes, que pertenece a la élite de los que aspiran a vivir una jubilación tranquila en un barrio tranquilo, que tiene nostalgia por lo antiguo (por supuesto, con lo tranquilos que vivíamos aquí hasta que apareció usted con su Recinto), que aún tiene mucho que aportar (no se debe subestimar a nadie, por cierto, mi última aportación fue una de las denuncias ante la CUOTA para mostrarle a usted y su equipo de gobierno el conocimiento de la normativa urbanística), y que, finalmente, le invita a abandonar su modesta “colomina” en el Naranco y adquirir un paradisíaco piso frente al “bardial”, pues, desde su anuncio del recinto, tiene abundantes ofertas y, además, devaluados de precio.
Venga a vivir al “bardial”, a escasos diez metros de “su progreso”, porque, solo si es así, yo prometo hacerme tan moderna y progresista como usted.
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