Zelensky ha perdido el sentido de la realidad
Quienes el día 30 de julio abrimos los periódicos en España, supongo que también en los países "0ccidentales", nos encontramos con la noticia de que el actual presidente de Ucrania, Zelensky, se había dirigido a los residentes en la región de Donetsk comunicándoles que "había decretado la evacuación obligatoria de la población de zonas de dicha región". Daba para justificar lo que en el fondo es una deportación el siguiente argumento: "Cuanta más gente deje la región de Donetsk ahora, menos tiempo tendrá Rusia para matar". Desde luego el asesor que le escribió ese discurso debe de ser estadounidense, pretenden aterrorizar a una población ya alarmada de por sí.
Siguió insistiendo Zelensky en su discurso: "Muchos rechazan marcharse, pero tiene que hacerse". Y, dirigiéndose directamente a los habitantes de la zona dijo: "Si tenéis la oportunidad, por favor, hablad con quienes siguen en zonas de combate en Óonbás. Por favor, convencedlos de la necesidad de que se vayan". Pero como Zelensky manda menos que la Tomasa en los títeres, ¿qué ha ocurrido?, que ha pasado más de un mes y ninguno de los llamados a irse, a pesar de que les ofrecía pagarles el importe de la residencia que abandonaban, y otras prebendas, han abandonado la región.
Es evidente que Zelensky, en su ansia de meter a los ucranianos en la OTAN, sin contar con su asentimiento, ha perdido el sentido de la realidad. Sus continuas bravatas sobre la pronta recuperación de los territorios conquistados por las tropas rusas así lo confirman.
La cuestión es que si un dirigente pierde el sentido de la realidad siempre emprende acciones a la desesperada, cuyas consecuencias son catastróficas para los ciudadanos del país que dirige. En el caso de Zelensky afectará a casi 41 millones de personas. Pero eso, siendo grave, lo sería mucho más en el caso de que esas acciones condujeran a una guerra entre los Estados Desunidos de Norteamérica, con su vector punitivo la OTAN, y Rusia; incluso en el caso de que China no interviniese al lado de los rusos, dado que ambas potencias emplearían el armamento termonuclear de que disponen, el resultado del conflicto serían más de 100 millones de muertos, y un retroceso de la Humanidad al siglo XVI, hasta la época de las guerras de religión en Europa.
Para remachar el asunto, la viceprimera ministra de Ucrania, Irina Vereshchuk ha dicho: "La evacuacion debe ser efectuada antes del invierno porque los suministros de gas natural han sido destruidos".
La cuestión no es que los gasoductos hayan sido destruidos, la cuestión es que Ucrania ha dependido siempre del gas ruso, que le llegaba por gasoducto desde Rusia, este gasoducto seguía hasta Alemania, país gran consumidor de gas natural. Y como es lógico Gazprom no suministrará a Ucrania ni un m3 de gas natural, porque Zelensky no les pagaría. Ya ocurrió que a los ucranianos se les cortó el suministro de gas porque no lo pagaban.
Siempre es importante desmontar las falsedades de la propaganda negra (ver mi carta del 12 de mayo en LNE de título "El carajal de Ucrania 5"), e intentaré hacerlo con los siguientes datos históricos. Surgen así dos cuestiones sobre las que a partir de la actual guerra en Ucrania se ha mentido: se acusa falsamente al excanciller Schroeder de uncir a Alemania al gas ruso, y se omite que el primer gasoducto para llevar gas a Alemania fue impulsado por el canciller Willy Brandt, en el marco de la "óstpolitik", que se extendió desde 1969 a 1974, política que se interrumpió porque su asesor Günther Guillaume fue acusado de espiar para otros países.
El proyecto del primer gasoducto implicaba su paso por Ucrania y su finalización en Alemania. El acuerdo económico fue el siguiente: la empresa Mannesmann, inventora del tubo de acero sin soldadura, suministraba llave en mano el gasoducto, y era pagada con gas natural. Ucrania recibía el gas que necesitaba a un precio pactado, y permitía el paso por su territorio del tramo de gasoducto que suministraba el gas a Alemania.
El comportamiento de Ucrania como un "Estado gamberro" alarmó a las empresas alemanas, que impulsaron a Schroeder a la creación de un nuevo gasoducto que no pasara por Ucrania; ese gasoducto se conoce con el nombre de Nord Stream.
Pero sobre Schroeder, un canciller honrado que galvanizó a una Alemania postrada, creando miles de empleos (así lo reconoció la misma Merkel), desde que empezó la guerra en Ucrania, como es amigo de Putin, se han volcado toneladas de propaganda negra, y se han pagado artículos periodísticos denigrándole. Incluso el actual Gobierno alemán intenta minar su prestigio, y es que la sombra del Imperio USA, como la de los cipreses, es alargada. iPido perdón por parafrasear el título de la primera novela de Miguel Delibes!
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