Memorias de un bache (2.ª parte)
Dicen que nunca segundas partes fueron buenas, pero en mi caso debo de afinar e intentar llamar la atención, para que me hagan más caso que en mi primera comparecencia pública, aparecida en LA NUEVA ESPAÑA el 30 de agosto del año pasado.
Sigo siendo un bache olvidado y muy peligroso ubicado en el concejo de Llanes, en la carretera local LLN-2, construida como calzada auxiliar de la Autovía del Cantábrico A8, que da servicio a los pueblos de Andrín y Cué, al campo de golf municipal y al turístico mirador de La Boriza. Actualmente, me encuentro en un proceso de transformación alarmante. Estoy cambiando de bache a socavón bajo la incrédula mirada de conductores y paseantes ocasionales. Mi entorno se ha transformado en una especie de "colorido circo" repleto de protecciones, conos, señales luminiscentes y demás elementos de advertencias a los usuarios de la carretera, pero lamentablemente la cura definitiva que llevo esperando desde hace más de 10 de años no llega. Estoy realmente hundido...
Desde mi conocimiento, no llego a entender los motivos por los que se me ignora tan descaradamente. No sé si es problema de entendimiento entre administraciones, si es falta de dinero para invertir en mí, si es desconocimiento de lo que hay que hacer o sencillamente, ausencia de voluntad de corregir lo que se hizo mal desde un inicio. Me encuentro totalmente desamparado, próximo a desmoronarme y muy enfadado por la situación que atravieso. Ignoro lo que tendré que hacer para que me tomen en serio. No quisiera causar ningún mal a nadie, pero no lo puedo asegurar, porque mi fondo comienza a ser preocupantemente malo e imprevisible.
No me abandonen... ¡ocúpense de mí y pónganme en buen estado... No quiero más tiritas de parches inocuos, ni falsas esperanzas de reparaciones banales... cúrenme definitivamente.
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