Del ambulatorio a la Atención Primaria y viceversa
Después de más de 35 años de servicio en Atención Primaria y sin haber cambiado de modelo sanitario, esto se parece ahora más a un ambulatorio, nombre anterior al de centro de salud, de antes de los años 90. (¿Sorpresa?). Y la pregunta es obvia: ¿cómo puede ser eso posible, o es imposible?
Lo cierto es que pueden ser varias las causas, casi seguro, pero es así, todo el crédito ganado en estos 35 años se está viniendo abajo sin que las autoridades sanitarias estén haciendo mucho por ello. De aquella ilusión inicial, y mucho trabajo, a hoy día, donde la sociedad ha cambiado pero el sistema sanitario no, el modelo es el mismo desde el inicio de la reforma allá a finales de los años 80.
Las necesidades de cuidados han aumentado y lo que queda, pero el abandono, poco a poco..., en silencio, en la última convocatoria MIR, 200 profesionales médicos han renunciado a las plazas de médico de familia (¡!).
Desde el seguimiento de crónicos, mal desarrollado siempre por la falta de autonomía clara para las enfermeras, hoy EIR (enfermeras internas residentes) especialistas con seis años de formación, pero que el modelo existente les impide su desarrollo pleno profesional en los centros de salud y en otros ámbitos, como la comunidad, ayuntamientos, asociaciones, colegios..., además de deber ser los protagonistas en los centros de salud en el seguimiento de los pacientes crónicos, la cirugía menor, la atención a los pacientes dependientes, los cuidados paliativos, etc.
Faltan enfermeras, siempre. Falta volver a una cartera de servicios de calidad y no cantidad, a una cartera de servicios de cuidados de enfermería.
Los médicos, imprescindibles en la Atención Primaria, la puerta de entrada al sistema sanitario, para el diagnóstico y el tratamiento, para evitar las sobrecargas en los hospitales, en las urgencias, se han visto y se ven sobrepasados por la enorme carga de trabajo, por la burocracia...
Todo este conjunto de “faltas” de gestión sanitaria en Asturias, donde trabajo, está llevando a tiempos pasados y lejanos, los ambulatorios.
Y eso unido a una tendencia de la urgencia, de la inmediatez muchas veces falsa, a la que parece que se le quiere dar importancia y donde se equivocan totalmente y económicamente.
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