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Viajes que ya podríamos hacer: Cracovia

6 de Septiembre del 2022 - Ángel García Prieto

Cracovia, capital de la región de la Pequeña Polonia, está situada a unos trescientos kilómetros al sur de Varsovia y a solo cien de la frontera con Eslovaquia. Es la segunda población de Polonia, con más de setecientos mil habitantes, y ejerce gran influencia económica y social en todo el sur de la nación, área muy poblada en aquellas tierras por la riqueza minera, industrial y agrícola. Es para algunos una de las ciudades más bonitas de Europa y es una ciudad histórica, antigua capital de Polonia, cuna de la primera y más prestigiosa Universidad del país, que fundó Casimiro el Grande, rey de la Dinastía Jaguellónica, en el siglo XVI. Pero es sobre todo, con su colina de Wawel, el símbolo y centro del espíritu polaco, materializado en torno esa ciudadela que encierra su catedral gótica –donde están enterrados los primeros reyes y santos polacos– y el castillo palacio renacentista que vio desarrollar el poder y la organización de aquel Estado.

El centro de la Ciudad Antigua lo constituye la plaza del Mercado, un cuadrado de doscientos metros de lado que se urbanizó en el siglo XIII y continúa repleto de vida ciudadana en torno al precioso edificio renacentista del Mercado de Paños. En su interior hay una galería comercial de época, con toda suerte de artículos artísticos y artesanales, entre los que destacan las joyas de ámbar, la preciosa resina fósil del cauce del Vístula, río que atraviesa de norte a sur toda Polonia. El tranquilo bullicio de la gran plaza lo articulan los pintores, los bailarines y músicos, los vendedores de los más diversos artículos, mezclados con turistas y paisanos que se sientan en las terrazas de los cafés o en los puestos de comida tradicional, que ofrecen asados y llenan el ambiente del olor característico de las especias. Y como ocurre en otros puntos neurálgicos de la vida ciudadana, los vendedores de "obwarzanek" –rosquillas de pan salado con semillas de amapola– ofrecen desde sus carritos de mano un pequeño, sabroso y baratísimo bocado para reponer fuerzas.

Breves apuntes sobre la segunda población de Polonia

Wawel, una colina fortificada desde la antigüedad, junto al río Vístula, ha sido el bastión de los sentimientos de una nación tantas veces invadida y dominada, con su castillo real de esplendidez renacentista

Otras referencias monumentales son la torre del Ayuntamiento, la capilla de San Adalberto y la también gótica y barroca majestuosa basílica de Santa María con dos altísimas torres, desde una de las cuales cada hora, un personaje de carne y hueso recuerda con un toque de corneta aquel día en que otra alerta similar sirvió a los ciudadanos para huir de un saqueo medieval de los tártaros. Otro detalle a destacar, enfrente, es la estatua del admirado poeta romántico, cantor del nacionalismo, Adam Mickiewicz, elevada sobre un pedestal hacia el cielo polaco.

En su entorno de calles hay numerosos palacios, de los que cabe destacar el Collegium Maius, con un bonito patio gótico reconstruido, sede primitiva de la Universidad Jaguellónica; el Museo Czartoryski, que la noble y riquísima familia del rey sin trono de Polonia, en París, reunió en el siglo XVIII en colecciones de escultura, mobiliario, artesanía y cuadros, entre los que destaca la “Dama con armiño”, de Leonardo da Vinci; a su lado está la puerta de San Florián y la Barbacana, una de las principales y antiguas entradas de la muralla ciudadana. La calle por la que se accede –Ulica Florianska–, como las de su entorno, tiene también mucha vida, tiendas, restaurante y cafés. Llama la atención el café cantante Jama Michalika, en el número doce de la calle, por su ambiente de entresiglos (XIX-XX) y su decoración art nouveau.

Wawel es una colina fortificada desde la antigüedad, junto al río Vístula, que pasa limpio y sereno por el centro de la ciudad entre orillas ajardinadas. Desde la época dorada de Polonia, Wawel ha sido el bastión de los sentimientos de una nación tantas veces invadida y dominada, con su castillo real de esplendidez renacentista. Tiene un patio de grandes dimensiones y columnatas que sobrecogen por su elegancia y en su interior se pueden contemplar salones, pinturas, muebles, esculturas y objetos de notable valor. La vecina Catedral gótica es el otro edificio que acoge los símbolos polacos históricos, al guardar las capillas funerarias de San Estanislao y de los Reyes Jaguellones Casimiro el Grande, Segismundo el Viejo y Segismundo Augusto, así como la cripta de enterramientos de los monarcas de la Dinastía Vasa, acompañada de poetas y héroes nacionales. Una campana gigantesca de once toneladas, que solo toca en grandes momentos de la ciudad o del país, y varias capillas renacentistas llaman también la atención de los visitantes.

Kazimierz, antes una ciudad al pie de Wawel, es ahora el barrio judío de Cracovia –que al comenzar la II Guerra Mundial tenía censados más de setenta mil hebreos– y tiene un aire especial, por los detalles de idiosincrasia de la cultura judía en las sinagogas, las pequeñas tiendas de época, los talleres de artesanos, los negocios anticuarios y los numerosos edificios aún no arreglados que exhiben las huellas de la guerra. Allí se rodó la famosa película de Steven Spielberg "La lista de Schindler" y efectivamente es fácil imaginar que de un momento a otro va a aparecer, por una oscura y grisácea encrucijada, el típico camión de las SS con sus motoristas de escolta. Destaca la también renacentista Sinagoga Antigua y la plaza vecina, con mucho ambiente, especialmente en los atardeceres cuando en los restaurantes se puede oír la estremecedora y bella música y jasídica.

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