El lenguaje debe derribar muros
Nos sorprendemos por la forma de manifestarse y de hablar de las nuevas generaciones, algo que ha sucedido en todas las épocas, y nos rasgamos las vestiduras cuando escuchamos algunos términos que nos parecen soeces o vulgares, pero no consideramos que es un derecho que ejercen los jóvenes como hicimos, en su día, los que pasamos por esas etapas.
El lenguaje es muy maleable y asume como propios los conceptos que devienen en dominio público por su uso habitual, por lo que no hay que llevarse las manos a la cabeza que se incluyan en un Diccionario que se va enriqueciendo generación tras generación, y que va por delante de la progresión social, mucho más lenta en su evolución y en su desarrollo.
Bienvenidos sean todos los nuevos términos que los diccionarios adopten como suyos y que ojalá sirvan también para derribar todos los muros que se les pongan por delante.
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