La otra cara de la moneda
No podemos quedarnos callados más tiempo. Mi denuncia sobre el trato recibido por los usuarios del servicio de ayuda a domicilio. Personas vulnerables y con incapacidades importantes que necesitan ayuda para llevar a cabo tareas básicas y esenciales en su día a día.
Para comenzar este escrito, tengo que decir que comprendo y creo necesaria esta huelga en la que los trabajadores del servicio de ayuda a domicilio piden sus derechos como cualquier otro trabajador. Como familiar de un usuario de estos servicios, también doy las gracias por la atención que estas trabajadoras de ayuda a domicilio de Pola de Siero están dando a mi madre, su dedicación, su atención y el cariño con la que la tratan. Y dicho esto, paso a hacer una denuncia al trato recibido por la empresa que gestiona este servicio en Pola de Siero, por su incompetencia y mala gestión desarrollada desde hace tiempo, pero más en concreto en esta huelga del personal de ayuda a domicilio.
Mi madre, F. Fernández, con un grado de minusvalía del 93% y que precisa ayuda para la realización de todas sus necesidades diarias, levantarse de la cama, asearse, ir al baño, acostarse, etc., tiene concedido por Servicios Sociales del Principado de Asturias el servicio de ayuda a domicilio los 365 días al año. Una hora y media por la mañana para levantarla y asearla, y media hora por la noche para acostarla. Servicio que en este caso estamos pagando, que nadie nos regala.
Ante esta huelga, perfectamente legal, se han establecido unos servicios mínimos que realmente ni la empresa sabe cómo están estructurados, ni ejecutados. Este sábado, no ha ido nadie a atenderla, ni siquiera han llamado para decirlo. Por lo que, llamada a la empresa para consultar qué había pasado, nos dicen que es que están en huelga, como ya sabemos, y que la auxiliar que le corresponde ese día está de descanso. Que ella está recibiendo ahora el servicio porque la auxiliar que le toca no está haciendo la huelga, pero si tiene descanso, o tiene que atender otros servicios mínimos, mi madre no tendrá el servicio, ni tienen obligación de llamarla para comunicárselo.
Mi pregunta, que aún nadie me ha sabido responder, es si el criterio para facilitarles los servicios mínimos depende de si la auxiliar que le corresponde el servicio está o no está de huelga. ¿Es este el criterio? Y cómo es posible que a una persona en estas condiciones la dejes sin ningún tipo de servicio, y no tengas la obligación, ni la delicadeza, de llamar para comunicarlo.
Ante mi pregunta de qué harías si fuera tu madre, una total indiferencia y silencio por parte de la trabajadora de la empresa. Estamos en una sociedad donde se ha perdido todo el respeto a las personas, con total falta de humanidad y empatía.
Por lo que creo que los usuarios necesitamos también que se nos escuche y asesore. Y que los servicios mínimos deben legislarse y deben respetarse sobre todo para las personas que realmente los necesitan.
Ana Molina
Pola de Siero
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