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¿Para qué estamos aquí?

13 de Septiembre del 2022 - José María Casielles Aguadé

Mis queridos profesores fallecidos, compañeros, alumnos, lectores y adversarios:

De muchos de vosotros, me consta que lo sabéis muy bien, porque ya lo habéis probado conmigo, con ayudas practicadas y asistencias múltiples durante minutos críticos o años incontables; y tengo pruebas de vuestro gran número, por datos objetivos, plasmados en actas electorales, listados de matrículas y hechos manifiestos. Magnífica ocasión esta para agradecéroslo, antes de aspirar a entrar ya no en el Séptimo Cielo, sino de acceder a una simple banqueta a la entrada del Puerto Final, como modesto ayudante de San Pedro, e iros saludando, cuando lleguéis mucho después, que tampoco hay prisa. Para tratar de conseguir esto del Comandante del Puerto, que fue antes marinero y pescador, aduciré que tengo el PER (título de patrón de embarcación de vela y de motor), ganado con exámenes y horas de mar en el Cantábrico, y que si bajamos a verlo en San Juan de la Arena, le gustará más que el lago Tiberiades donde él pescaba. De paso, tal vez podríamos tratar de convencer a Jaime Menéndez Corrales, alcalde excelente de Soto del Barco, para que no deje de presentarse a las próximas elecciones municipales, ya que no todo el mundo puede demostrar sus aciertos durante treinta y dos años, en no menos de ocho convocatorias seguidas y afortunadas, como es su caso. Luego podemos acercarnos a Cudillero -por mar, claro- para tomar unas sidras con el excepcional Juan Luis Álvarez del Busto, que es el embajador de los "pixuetos" en el mundo. Te llamará la atención la ingente cantidad de devotos que tiene Nuestra Señora entre los pescadores del Cantábrico, donde no hay un "bou" que lleve la cabina del patrón sin la imagen de la Señora del Carmen.

Breves consideraciones sobre nuestro paso por la vida

No quiero ni debo eludir mi ponderada protesta a los teólogos por su parquedad y extremismo sobre el Otro Mundo: cielo idílico, infierno espantoso y purgatorio de "terrorum paisanorum", como decíamos antes en latín macarrónico

Por otra parte, no quiero ni debo eludir mi ponderada protesta a los teólogos por su parquedad y extremismo sobre el Otro Mundo: cielo idílico, infierno espantoso y purgatorio de "terrorum paisanorum", como decíamos antes en latín macarrónico. Siendo catedrático de Ciencias Experimentales, entiendo bien su dificultad de encontrar bases objetivas de argumentación; pero ese es el ineludible problema de su quehacer. Bajo nuestro modesto trabajo pragmático, disponemos de humildes sugerencias orientativas de la Dra. Kubbler Ros, sus colaboradores y sus trabajos con los "resucitados"; o mejor dicho, enfermos graves que regresaron del borde de la muerte, que ciertamente es cosa bien distinta. Todos (y había entre ellos creyentes y escépticos) se refieren a imágenes del famoso oscuro túnel, la cordial acogida de parientes y amigos, y de unas "vivencias" paralelas a las de la vida terrenal, biológica y social de aquí. Sí, pero todo "en decente" y "bona fide"; sin empujones, zancadillas, ni episodios de mala voluntad.

Nos queda también la opinión inestimable de los grandes profetas: Confucio, Buda, Jesucristo... Sus recetas morales coinciden mayoritariamente en lo esencial: lo que no quieras para ti, no se lo hagas a los demás. Pórtate siempre como buena persona. Hemos de prodigar la bondad y la compasión. En Ética como en Física, los actos tienen consecuencias. Existe el Karma; es decir, los hechos "rebotan", como muy bien insiste Buda. Hay que actuar bien aunque solo sea por egoísmo. Confucio añadía que hemos de ser moderados hasta en la virtud para no caer en el orgullo absurdo y estéril. Hay otra consecuencia evidente, la felicidad no puede ser egoísta, sino que ha de ser compartida. Fray Ejemplo es el mejor predicador. Esperamos más recetas, sin olvidar que cada uno ha de buscar incansablemente la suya propia.

Quedan otras muchas preguntas importantes: ¿Cómo se combinan la Caridad y la Justicia infinitas de Dios en su sentencia final? ¿Es nuestra conducta anterior en la Tierra el patrón particular que se tomará para nuestra medida? Si como admitimos, María es nuestra madre común con Jesús, podría funcionar para nosotros la "fe del carbonero", basada en la eficacia de su recomendación ante nuestro hermano y juez? Con la oportuna venia de LA NUEVA ESPAÑA, invito a los expertos a que participen con su orientación actualizada y razonada, que puede resultar inestimable para muchos lectores.

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