Ni el mejor tanatólogo tiene la llave
Es igual quien lo diga, puede salir de un gran filósofo, de un presuntuoso doctorado, o de un simple pastor; en cuestión de muerte, de la vida después de ella, saben nada.
He leído a un buen profesor de la expresión decir que aspira a entrar en séptimo cielo, que para ello tenemos que prodigar la bondad y la compasión, que en la Ética como en Física, los actos tienen consecuencias, que existe el karma; es decir, los hechos "rebotan", como bien insiste Buda. Si así fuera, con toda seguridad, usted, yo y los demás nos quedaríamos muy lejos de ese portón de entrada. Todos sin excepción (a pesar de conocer algunas personas buenas de verdad), todos, somos imperfectos. A lo largo de nuestra vida nos salimos de esa vereda de bondad infinita para aspirar a ese lugar maravilloso de donde dicen regresar algunos por un túnel. Es cierto, si Dios es padre de todos, perdonará a la mayoría, esa es la única esperanza. Me entran más dudas cuando los curas repiten sin límite aquello de encontrar la aguja en el pajar antes de que un rico entre en el reino de los cielos (recalcan: palabra de Dios); sí es así, olvídese, amigo mío, usted no entrará allá ni por asomo, le espero en la talambera de los resignados.
No quiero fastidiar la esperanza a nadie, pero solo los incautos, los pobres de solemnidad, los enfermos, los que se mueren jóvenes, los que sufren... Solo esos, no necesitarán buscar la aguja entre la paja, tienen merecido estar con un pie en ese lugar divino; el resto, más o menos, debemos esperar a un Pedro con un bate dándonos mamporrazos y con un puntapié en el trasero nos dirá lo mismo de Buda: es imposible obtener el mismo premio quien vivió a cuerpo de rey, con salud y buena vidorra, que aquellos a los que pudiendo sacarlos de la pobreza, los mirábamos de reojo y resignación.
Todos pudimos y podemos hacer más por quien sufre y pasa necesidades, no hablo de limosnas, hablo de solidaridad, tampoco se trata de compasión, más bien de sentirse bien ayudando a los demás. Las posiciones liberales dejan fuera de lugar el pedir entrar en ese Séptimo Cielo, señor Aguadé. Lo siento, así suena de cruel.
El verdadero cristiano sabe el camino, lo sabíamos todos. Con la edad todos perdemos un poco el orgullo. Expertos en cuestión del más allá no hay, pura teoría, para eso están los teólogos, los filósofos, pensadores y tanatólogos, para decirnos que no saben nada.
Para muchos, el cielo fue esta vida, lo tuvieron todo: poder, dinero, fama, sabiduría, respeto, salud... ¿A qué pueden aspirar en el más allá? Solo que le sea igual, mejor imposible.
"La muerte es un hecho trascendental que pone fin a la vida y que suscita en el hombre las más grandes reflexiones y profundas preguntas".
Filósofos y pensadores importantes creen en la posibilidad de la reencarnación o la resurrección, o de una vida eterna en el cielo o en el infierno. Solo esperemos que el infierno tenga crisis de leña y no queme mucho. Un saludo.
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