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Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Oviedo

17 de Septiembre del 2022 - Domingo Nevot Romera (Gijón)

Como es conocido, la ETSIMO se creó en 1959, y se puso en marcha en 1960. En aquellas fechas, los estudios de ingeniería no estaban adscritos a la Universidad, sino que dependían del Ministerio de Industria.

En el arranque de la actividad, el horario de las clases era muy sencillo. Clases de 15 a 21.30 horas de lunes a sábado, con la obligación de asistir a las mismas so pena de perder los derechos de examen si se sobrepasaba un número concreto de ausencias sin justificar. Tras una tempestuosa reunión con los profesores, se consiguió que los sábados las clases se terminaran a las 19 horas para así poder ir al cine a las 19.30, que era la máxima aspiración de ocio para los alumnos.

Los profesores venían a impartir sus clases desde las diferentes industrias y empresas de la provincia, predominando las grandes empresas públicas, Ensidesa, Hunosa, Endasa, etcétera, pero también de otras industrias. Para estos profesores era infinitamente más importante transmitir conocimientos teórico-prácticos derivados de sus experiencias profesionales que cualquier otro tipo de actividad académica. Entre esos conocimientos, no estaban excluidos los de respeto, disciplina y educación. Ejemplos había de profesores que terminaban literalmente envueltos en una nube de polvo de tiza mientras se esforzaban en explicar las sucesiones o los hornos de reverbero, aunque también los había que preferían mantenerse en su estrado mientras eran los alumnos los que luchaban por convencerlos de sus conocimientos.

Sin embargo, pese a ese ambiente agobiante de exigencias, los alumnos sacaban fuerzas de flaqueza y organizaban unas fiestas de Santa Bárbara que tenían fama en Oviedo y en otros puntos de la provincia por su diversidad y originalidad. Se organizaban torneos de ajedrez, de narrativa, de cocina. Se escribían "obras de teatro", en donde se caricaturizaba a los profesores, que acudían con la secreta esperanza de verse reflejados en algunos de los personajes que se interpretaban en el escenario. En el salón de actos no había sitios reservados para los profesores, que tenían que sentarse allí donde hubiera un sitio, si bien por respeto y educación si alguno estaba de pie en los pasillos se le cedía el sitio a él y a su esposa si es que asistía.

Había un baile que se solía celebrar en los bajos del Filarmónica, en la sala Alaska, e incluso algún año se celebró en el vestíbulo de la propia Escuela. A uno de estos bailes acudieron D. Carlos Hugo y su esposa Dña. Irene de Holanda, pocos días antes de que fueran invitados a abandonar España por sus actividades políticas.

En un torneo de fútbol-sala, el equipo de Minas compuesto por alumnos de la Escuela, se proclamó campeón, ante la algarabía de compañeros y profesores, que acudieron en masa a animar a "su" equipo.

En la Escuela se editaba con periodicidad variable, en función de la disponibilidad de horas libres de los redactores, el único periódico de todo el distrito de estudios superiores de Asturias, un periódico llamado "Tamiz", del que hay alguna anécdota no muy grata para algún redactor por un encontronazo con el Ejército.

En la Escuela se convocaron y se celebraron huelgas contra la ley del 64, la llamada "ley Ye-Ye", y también a favor de la exclusión de algún profesor incapacitado según el criterio de los alumnos para la enseñanza por su desorbitada exigencia a la hora de los exámenes.

Después de los primeros años de enseñanzas con especial énfasis en la teoría, los profesores acompañaban a los alumnos a las visitas a sus empresas con el fin de ir enseñando los secretos de la industria en vivo y en directo y asesorarlos sobre los problemas no solo técnicos que se iban a encontrar en su vida profesional con un objetivo claro: formarlos para ser los futuros dirigentes técnicos de las empresas.

Más tarde vino la inclusión en la Universidad, y con ella un cambio radical en la enseñanza y en la mentalidad de los profesores, para los que en muchos casos ya importaba más la publicación que la transmisión de conocimientos, la política de acercamiento a los órganos de poder de la Universidad que el mantenimiento de una tradición de comportamiento.

Poco a poco, los órganos rectores de la Universidad, celosos de la excelente fama de la Escuela, la someten a un planificado y sostenido aislamiento de inversiones, incorporaciones a programas educativos, etcétera, lo que origina un lento pero continuo deterioro de su actividad. Un primer intento de traslado se produce con Álvarez Areces y Fernández Villa al artificial e innecesario campus de Mieres, pero se encuentran con la firme oposición del entonces alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, que logra movilizar a los ovetenses y detener la intentona. Siguieron años de más aislamiento, postergación y abandono, y ahora un rector, ¡por fin!, consigue el objetivo buscado desde hacia décadas. Cerrar un centro de referencia en la ciudad de Oviedo.

Un rector mentiroso, ya que, en la campaña para el Rectorado, preguntado sobre el futuro de la Escuela, contestó: "Está bien donde está" (hay hemeroteca y videoteca que confirman esta aseveración). Un rector que no ha sabido aportar ni un solo argumento que avale el traslado. Sus dos principales argumentaciones han sido: "Para mantener los estudios de Ingeniería de Minas, hay que trasladarla a Mieres" (¿por qué?), y "Los estudios de Ingeniería de Minas están obsoletos y hay que modernizarlos" (¿acaso el Caudal tiene poderes de modernización de los estudios de los que carece el Nora?).

Ni uno solo de los argumentos empleados se tiene en pie, sin entrar en los costes que para alumnos, profesores, etcétera, supondrá el traslado.

Ahora, rodeado de sus once vicerrectores, se hace el ofendido por los insultos personales y "el chantaje" del alcalde de Oviedo. Once vicerrectores, tres campus. La burocracia de la Universidad no para de crecer, pero solo eso en burocracia, porque en todo lo demás su pérdida de influencia y prestigio es notoria.

Esa pérdida es general en Asturias, población, PIB, industria, comunicaciones, que se basa en arrasar todo aquello que intente elevarse sobre la mediocridad.

Hoy es la Escuela, pero enseguida serán los premios "Princesa de Asturias", como ya lo intentaron los componentes del anterior equipo de gobierno del Ayuntamiento de Oviedo.

Mientras tanto, las diferentes llinguas seguirán siendo prioritarias en la acción de gobierno, y los conocimientos de asturiano serán básicos para acceder a puestos de responsabilidad en la Administración.

Así nos va.

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