La calle es de ellos
El pasado 16 de septiembre acudí con mi hijo de 10 años a la plaza del Ayuntamiento con la idea de darnos una vuelta en ese trenecito que de forma gratuita recorre parte de la ciudad. Era la primera vez que íbamos a poder hacerlo ya que por motivos de trabajo aún no había podido darme una vuelta con mi pequeño por las fiestas. Conciliación.
Eran las siete de la tarde y delante del Ayuntamiento se desarrollaba una manifestación contra el Alcalde y exigiendo otro modelo de fiestas; cuando mi hijo y yo llegamos el tren ya estaba lleno, por lo que nos pusimos a la cola. Sin embargo, el tren lleno hasta los topes en su mayor parte de niños no pudo salir ya que los manifestantes, abanderados de la libertad, los derechos sociales, la pluralidad y todas cuantas causas nobles se nos puedan ocurrir, habían decidido bloquear el recorrido de dicho tren infantil.
Para lograrlo situaron a una "compañera" frente a la máquina del tren con una única misión; que el tren infantil no saliese. Libertad.
Tras unos momentos de tensión en los que la conductora del tren poco podía hacer y ante la pasividad de la Policía Nacional, allí presente, cuando los manifestantes decidieron proseguir su protesta por la calle Uría, dicho tren pudo hacer un miniviaje, ya que el siguiente no iba a poder salir a causa de que ahora el problema lo tenía en el recorrido.
Conclusión: después de hora y cuarto haciendo cola nos quedamos en tierra, sin viaje y con el consiguiente enfado.
Yo no entro en que si las fiestas están bien, mal o regular, reconozco que a mí me gustan (el anterior modelo ya estaba desfasado), lo que me parece mal es que los "adalides de la libertad y los derechos" no fueron capaces de respetar ni una actividad como era el recorrido de dicho tren cargado de niños.
La calle es suya.
Momentos más tarde, y ya en la plaza de la Catedral, me encontré de nuevo con los manifestantes portando sus pancartas, me dirigí a uno de ellos que encabezaba dicha protesta y le comenté lo ocurrido, a lo cual me respondió frunciendo los labios y lanzándome besitos una frase cuando menos curiosa: "Qué guapa eres, muñeca". Sexismo.
Y así discurrió mi primer día de San Mateo 2022 con mi hijo.
Por lo tanto, conclusiones: Cuando se trata de manifestarse, la calle es suya, pueden hacer lo que les dé la gana, la Policía no interviene para no provocarles y si les protestas te lanzan un comentario de los que luego ponen el grito en el cielo apelando a la igualdad de género.
Son unos hipócritas que creen que únicamente tiene razón quien más grita, porque, eso sí, ante la subida de la luz aquí no protesta nadie, pero si me quitan el chiringuito (afortunadamente muy pocos), todos a la calle.
De pena.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

