A Cataluña, con pasaporte e intérprete
El pasotismo con el que -a mi entender- el Gobierno central está encajando la rebeldía de los gobernantes de Cataluña respecto del derecho de los ciudadanos de esa parte de España a estudiar la lengua de todo el país, que es el castellano o español, creo que es un error que a la larga nos va a traer más de un problema difícil de resolver.
En mi opinión, nada une más a un pueblo que el idioma, el idioma como tal, dicho en singular, une; los idiomas en plural separan. Quienes fuimos emigrantes en países con distinta lengua a la nuestra, bien sabemos lo que aísla o separa el desconocer la lengua o idioma del país al que se va. Por el contrario, también sabemos lo que une y ayuda a derribar barreras de todo tipo el ir conociendo la lengua del país que te acoge y, poco a poco, el saber hacerse entender y el entender lo que te dicen.
Cuesta comprender la ceguera que nuestros gobernantes están demostrando tener en este tema. Si resulta que en esa parte de España los gobernantes autonómicos han decidido "tirarse al monte" por el empecinamiento de pretender romper la unidad de España como nación, nada les puede venir mejor que el que se les permita estar formando desde la niñez a sus futuras generaciones en el odio a España y además en una lengua distinta a la que habla el resto del país. No quiero imaginarme el problema que a España se le viene encima cuando, pasados unos años en esa parte de nuestro territorio nacional, tengamos un par de generaciones educadas y formadas en el odio a su propio país, que es España, y, además, ignorando el idioma que por ley deberían estar aprendiendo como el resto de los españoles. No se trata de privarles de aprender la lengua de esa zona de España -el catalán-, sino de que aprendan y dominen con soltura el español a la par que la propia de esa zona de nuestro país, y que no es otra que el castellano o español. Señores gobernantes, enciendan las luces largas, no se queden en lo inmediato, y piensen en el futuro, que este, de seguir así, algunos lo vemos muy negro. Acabaremos yendo allá con pasaporte e intérprete.
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