Hay que cortar de raíz la deslealtad e irresponsabilidad fiscal de Ayuso
Aquí pocas bromas, nos estamos jugando el futuro de nuestro estado del bienestar general por una especie de bienestar particular. Hablamos de Ayuso (como podríamos hablar de Bonilla en Andalucía o la parte separatista de Cataluña), pero muy especialmente por la presidenta madrileña (Ayuso), que dice: “Seré la peor pesadilla de quienes traten de subir impuestos”.
La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha dicho esto ante lo que aboga (con buen criterio) el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, por centralizar los tributos.
No es posible seguir mirando para otro lado cuando hay dirigentes autonómicos y municipales que están comportándose como verdaderos competidores en materia fiscal. Creando una especie de paraísos fiscales para los más ricos, tratando de acoger capital y despreciando esa solidaridad entre territorios nacionales, donde las comunidades y municipios más ricos puedan aportar su granito de arena para ayudar a otros territorios nacionales con menos posibilidades.
Así ocurrió a lo largo de estos años, por ejemplo: Asturias durante un siglo aproximadamente fue fuente de energía para empresas, hogares, trasporte... Todo funcionaba gracias a su carbón y metalurgia. Fue fuente de progreso para el resto del territorio, pagaron un alto precio en salud, esfuerzo y vidas quebradas en plena juventud. Pues, ahora que Asturias necesita ayuda y apoyo, va Ayuso, Bonilla y los separatistas impresentables y la dejan morir sola.
A eso me refiero, un País es todo, no una parte; al igual que no permitimos que Cataluña se separe de España (es España), tampoco deberíamos permitir que territorios más favorecidos, como Madrid por ser capital, centro neurálgico y empresarial, bajen sus impuestos a los ricos (donde más hay) entrando en esa competencia fiscal asquerosa y desleal.
Si les sobra dinero, otras comunidades lo necesitan: miserables dirigentes.
Por ese motivo, el Gobierno central debe atajar de inmediato esta forma de gestionar recursos públicos. A cualquier monigote o monigota, no se le puede dejar destrozar ese principio de solidaridad territorial y crear una especie de paraíso fiscal que a corto plazo pagaremos todos.
Debe el Gobierno central, como bien dice el ministro José Luis Escrivá, centralizar todas y cada una de las competencias que malos dirigentes autonómicos y municipales pretendan manipular para seguir con su asqueroso populismo personal en perjuicio de la generalidad.
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