Emigrante, no exiliado
Como nieta de Evaristo Arango Barcia, me dirijo a LA NUEVA ESPAÑA para comentar que en el artículo «Santa Eulalia de Oscos hace memoria en el muro», publicado el pasado 24 de octubre, aparece que mi abuelo Evaristo Arango Barcia «estuvo exiliado en Filipinas y Argentina» y verdaderamente sí estuvo en Filipinas y Argentina, pero no exiliado.
Mi abuelo emigró muy joven, como muchos de sus vecinos, primero a Filipinas y después a Argentina, pero el año 1919 regresó a su tierra y ya no la abandonó hasta su fallecimiento en 1972.
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