El Bao, una solución sin olvidar la responsabilidad
Desde el mes de junio se viene viviendo en la naviega localidad del Bao una situación que únicamente puede recibir el calificativo de inaceptable. Lo es especialmente para los que creen suficientemente castigado al occidente de Asturias, ya terminal; también ha de serlo para el resto de asturianos, gallegos o visitantes que por esta comarca transiten.
Sin duda, el pasado mes de junio llovió, y mucho. Pero la responsabilidad de lo ocurrido con el mediático terraplén de la veterana N-634 no ha de buscarse en el cielo, sino bastante más abajo, probablemente en algún despacho del Ministerio de Fomento. ¿Es posible culpar a aquella borrasca del insuficiente diámetro de la canalización del río Barayo bajo el relleno de esta vía? ¿Acaso fueron culpables las nubes de su falta de mantenimiento y limpieza, no poco denunciada ante la autoridad competente?
Desde entonces, solamente el pueblo ha mostrado coraje para condenar el carácter definitivo que se le pretende dar a un trazado que data de comienzos del pasado siglo; recuerda a una máquina del tiempo, si bien en lugar de acercarnos a una autovía de futuro nos traslada a una época que creíamos ya consumida. Entre tanto, los regidores municipales de la comarca parecen estar concentrados ante su renovación electoral allá por el mes de mayo. No tienen, como se dice popularmente, lo que hay que tener para salir en defensa de esos a los que en poco tiempo requerirán su voto.
Subtítulo: En busca de una alternativa digna con costes aceptables
Destacado: Lo que dicta el sentido común es la reconstrucción del terraplén
La legítima protesta de los vecinos de El Bao ha tenido una respuesta audaz en la Delegación del Gobierno que, evocando al régimen anterior, ha enviado a la pareja de la Guardia Civil a «identificar» a estos peligrosos infractores de la seguridad vial. Comparten así honor con los vecinos de Grandas de Salime, que en su día osaron yantar en un parque público.
Una vez establecidas las responsabilidades, y en espera de la ansiada autovía, parece sensato buscar una solución digna que permita recuperar, con unos costes aceptables, el trazado inaugurado a comienzos de los años 80. Existen diversas alternativas: levantar un viaducto, abordar un nuevo trazado, restablecer el terraplén, adaptar la actual variante provisional, etcétera.
Asumiendo que el actual desvío por El Bao no reúne las mínimas condiciones de trazado y seguridad, y partiendo de que los costes de un viaducto de unos 150 metros de longitud y 70 metros de alzado no parecen socialmente aceptables en tiempos de estrechez económica, lo que dicta el sentido común es la reconstrucción del terraplén. En esta ocasión, sin embargo, bajo el mismo debería realizarse una bóveda para la canalización del río Barayo con una sección adecuada. Su dimensionamiento corresponde a un ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, quien valorando la cuenca hidrográfica del río Barayo puede estimar fácilmente la máxima avenida esperable en este punto para un período de retorno apropiado.
No existe tampoco ninguna traba medioambiental para llevar a cabo este proyecto; se puede comprobar tanto en la declaración como Reserva Natural Parcial (BOPA 2/7/1994) como en el Plan Rector de Uso y Gestión de Barayo (BOPA 26/12/2002). En todo caso si supusiera problema alguno habría que justificarlo mediante un informe científico-técnico correctamente fundamentado, no sirven aquí las opiniones gratuitas.
En definitiva, una solución constructivamente sencilla, que permite ahorrar costes por expropiaciones y, lo más importante, que permite devolver a El Bao su dignidad.
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