Pagar para no cazar
Señor consejero de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio e Infraestructuras:
Le remito esta carta indignado por un asunto que trataré de plantearle a continuación y que es la tercera vez, en dos temporadas, que me sucede.
Soy miembro de una cuadrilla de caza mayor del coto regional n.º 105 de Morcín de este nuestro Principado de Asturias.
En fecha 9-10-10 (como el año anterior dos veces) mi cuadrilla se trasladó a cazar a la localidad de Cangas del Narcea en la zona denominada «Pico del Cuervo» de dicha reserva regional. Hasta ahí todo podría parecer normal, pero mi indignación viene basada en el siguiente hecho: cómo la Consejería de Medio Ambiente traslada una cuadrilla de veinte personas hasta Cangas del Narcea, desde distintos puntos del Principado, a sabiendas de que allí no hay ninguna y cito textualmente, «ninguna pieza de caza de las que figura en el permiso». Cómo se puede dar cacerías a los cotos sociales en áreas donde a priori se sabe que no hay, en este caso, jabalíes, desde hace tiempo.
Sabrá que en Asturias no resulta ni gratis ni barato cazar (súmese licencia más seguro, permiso, cuota de coto, etcétera); en total tendremos unos gastos de 400 euros (aproximadamente) anuales por persona. Si todo esto se multiplica por veinte, que son las personas que forman parte de una cuadrilla de caza, las cuentas son bien fáciles de hacer. Todo esto sin tener en cuenta los gastos de desplazamientos, perros... y un largo etcétera, gastos que todos los aficionados asumimos.
¿Quién elabora los planes de caza para esas áreas? Porque hablando con lugareños, aseguran que allí no hay nada, que está esquilmado. Pese a esto ustedes siguen programando cacerías allí año tras año. Si es que quieren promocionar el turismo, ésta no es la manera.
Volviendo a retomar el tema económico; ¿sabe usted el desembolso que supone a una cuadrilla de por desgracia parados y mileuristas trasladarse a estos lugares (baldíos, para más inri)? Las cuadrillas, pagando para satisfacer su afición, creyendo (erróneamente, como ha quedado patente) que van a encontrarse piezas en una reserva, que se supone bien gestionada por la Administración.
No sé si programar (cobrando, por supuesto) una cosa a sabiendas de que no se puede cumplir es prevaricar o no. Lo que es evidente es que se trata de una tomadura de pelo para quien lo padece.
Por lo tanto, no nos chuleen más, que los cazadores pagamos nuestras aficiones (y bien caras) como para que nos merezcamos otro trato de la Administración.
Seguro que al igual que en esta área de la reserva citada habrá otras que sufren una situación similar: claro, «eficazmente gestionadas por la Administración», en las que se pagarán pocos daños, pero no habrá nada de nada. En contraposición, estarán los cotos sociales regionales, que se ahogarán con gastos de guardería y daños pero en los que se podrá seguir cazando; sigo insistiendo, pagando, y de buen grado.
Señor consejero, trasladar una cuadrilla a Cangas del Narcea supone un gasto de unos 1.000 euros (contando permisos, licencias...). Suponga usted, por ejemplo, que la Administración promociona el acceso a la práctica del golf y cuando acuden los jugadores al campo están los hoyos sin hacer; pues esto es lo mismo, una estafa y una tomadura de pelo.
Seguramente, esta carta no servirá para nada, ustedes lo aguantan todo. Se les llena la boca con la palabra gestión y la verdad es que no gestionan nada de nada. Como por ejemplo, lo que están haciendo con las zonas de seguridad (ahora las hago, ahora las reduzco, ahora las entrego a los cotos limítrofes para no asumir daños...), que bien merecería otra extensa carta, pero eso será otra historia.
Lo que sí es cierto es que a los contribuyentes siempre nos quedará, afortunadamente, la manera de expresar nuestro descontento en las urnas, y que cada cual saque sus conclusiones.
José Javier Álvarz García
Oviedo
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