Las vacas mugen, los perros ladran... y los burros rebuznan.
Empiezan a ser habituales las noticias de denuncias por los sonidos propios del mundo rural, desde los que emiten los propios animales hasta los de la maquinaria agrícola en sus labores de producción de los alimentos que los mismos denunciantes degustarán a la mañana siguiente.
Es triste que "urbanitas" reconvertidos en "aldeanos" (o simplemente visitantes de fin de semana) vengan al mundo rural e intenten que este se adapte a ellos en lugar de hacerlo ellos al medio en el que pretenden habitar (o utilizar para "desconectar")... pero lo más triste de todo es que esas denuncias lleguen a ser estimadas por las autoridades competentes.
A nuestros dirigentes se les llenan las bocas de estrategias contra la despoblación, retos demográficos, planes especiales y demás declaraciones grandilocuentes que no tienen reflejo en sus acciones posteriores. Si de verdad apoyan el medio rural, no permitan que puedan existir noticias de este tipo, arreglen nuestras carreteras, dótennos de servicios propios del siglo XXI, no actúen o legislen de espaldas a las experiencias y conocimientos adquiridos, generación tras generación, por los habitantes de estas comarcas, respeten y valoren la labor realizada por nuestros antepasados desde tiempos inmemoriales y cuyo reflejo es la naturaleza que ustedes se apresuran a vender como imagen de nuestro Paraíso Natural, no utilicen lo "rural" como sinónimo de atrasado o inculto, no permitan que lobbies ecologistas radicales nos presenten como enemigos de nuestro propio entorno, protejan al "ser humano rural" como especie en verdadero peligro de extinción... y lo más importante: dirijan sus miradas a nuestras comarcas como a territorios de oportunidades y no exclusivamente como a un problema de difícil solución.
¿Cómo?... así por encima... poniendo en valor nuestra mejor calidad de vida, enseñando a los padres, por ejemplo, que sus hijos serán más "libres e independientes" en un entorno en el que no tienen que estar bajo la permanente vigilancia de un adulto; estableciendo fórmulas que beneficien tanto a propietarios como a nuevos residentes a la hora de reutilizar miles de viviendas vacías, con hectáreas de terrenos de labor no productivos en la actualidad, que podrían servir para solucionar parte de las diferentes carencias que sufre nuestra sociedad (problema habitacional, laboral, demográfico...); promocionando una explotación racional de nuestra masa forestal de forma que la biomasa sea algo más que combustible para incendios de mayor magnitud año tras año; permitiendo que nuestros recursos naturales/turísticos sean explotados de forma coherente y respetuosa, de manera que su cuidado y mantenimiento se convierta en algo imprescindible para el futuro laboral y económico del territorio...
Amigos "urbanitas", vengáis a residir o simplemente de visita, os recibiremos con los brazos abiertos, os apoyaremos y ayudaremos en todo cuanto sea posible (como siempre se hizo en los pueblos) y a cambio solo os pediremos que aprendáis a disfrutar del mugido de las vacas, los ladridos de los perros y que nos devolváis el apoyo cuando los "burros" rebuznen.
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