A propósito del Tulipán...
Leyendo ritualmente, como siempre, «La mar de Oviedo», del praviano ilustre Pepe Monteserín (LA NUEVA ESPAÑA 27-10-10) que sábado a sábado nos trae a los ojos sus breves y orientadores mensajes referentes a la flora, las plantas, ídem..., donde nos da a conocer sus orígenes históricos, científicos, su utilidad en particular o general, cerrando, casi siempre, con alguna alusión sobre nuestro cotidiano vivir, político, magisterial, funcionarial, social, humorista, genial... Esta vez con liliácea, globosa flor, el tulipán de asiático origen, inesperadamente, me ha hecho volver a lejanos ayeres de mi errabunda vida, evocación que se comprende, la primera, «tulipán» era, así, el mote que tenía un fraterno amigo desde la niñez y adolescencia, compaisano, condiscípulo de escuela primaria, junto con el fundador del FSLN, Carlos Fonseca Amador, honrado idealista karlmarxiano; el del apodo, hermanado desde que nació con el albino bulbo, se llamaba Jorge Choiseul Praslin, bisnieto del legendario par de Francia Charles-Laure-Hugues-Théobald, comte de Choiseul, duc de Praslin, a quien la Policía francesa tuvo prisionero por (supuestamente) haber asesinado a su esposa, la bella y rica duquesa Altarice-Rosalba Sebastiani Praslin; condenado después a ser recluido en la prisión de Luxemburgo, donde, según supuesta versión, se envenena, y es enterrado sin pasar muchas horas con especial sigilo; la realidad era que el ataúd donde debía estar inerme su cuerpo sólo contenía piedras. Burlándose así de sus guardianes, del público en general de la época, y una parte de la nobleza, ya que otra le facultó la escapada con destino a Inglaterra; después a los Estados Unidos, viviendo pasajeramente tanto en Nueva York o Nueva Orleans, porque se sentía siempre perseguido por la Policía, llegando de esta suerte a California en un barco de Cornelius Vanderbilt, que, como otros, atravesaban el istmo de Nicaragua (donde se proyectaba el canal interoceánico, que después se hiciera en Panamá, «la abundante en peces»), en el puerto de San Juan del Norte, desde donde tras múltiples vicisitudes se establecen en Matagalpa, rica tierra en minas de oro (que actualmente todavía existen) como de otras vegetales riquezas, café, cacao, avioagricultura en general, etcétera, que comparte asociado con otros de origen también extranjero, alemanes, daneses, ingleses (como se relacionan en mi libro «Rubén Darío, siempre...», página 203). Donde nuevamente se casa el conde duque con una ilustre dama y viuda matagalpense, Margarita Aráuz Fajardo, como nos ilustra en su magistral obra histórica «Matagalpa y sus gentes» mi otro cordial vecino y amigo, Eddy Kühl Aráuz... Desde donde deviene en el tiempo la querida y respetable familia numerosa de los Choiseul Praslín, la de mi fraterno Jorge Tulipán, que fuera durante muchos años profesor de instituto, fallecido hace como dos años en Miami y a quien visité hace once en su casa, enfermo en su cama, en Matagalpa, después de 20 años de exilio de quien relata... Y, la segunda recordación: de cuando hace 46 años, siendo un obrero más de los reales altos hornos de Holanda, donde trabajé por casi dos años y visitara deslumbrado el jardín de Keukenhof / donde nace el tulipán, / vistosas flores, / que se exporta y vende al mundo...». Tal mi «Comprensión de Holanda 3 (página 35) de mis «Palpitacioines poéticas».
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