Nuestra maltrecha y vapuleada sanidad pública
Hoy escribo sobre nuestra maltrecha y vapuleada sanidad pública.
"El Sistema Nacional de Salud de España es el ente que engloba las prestaciones y servicios sanitarios de España que, de acuerdo con la ley, son responsabilidad de los poderes públicos. Creado en 1908, poco a poco fue extendiendo su cobertura, previo pago de los servicios asistenciales, a toda la población española. En 1989 se completó este proceso; desde entonces la asistencia sanitaria en España es universal y sostenida a través de diferentes tipos de impuestos.
En España, conforme al principio de descentralización promulgado por la Constitución y tras la disolución del Insalud en 2002, la competencia sanitaria está transferida a cada una de las comunidades autónomas. El Gobierno central tan solo presta este servicio directamente en Ceuta y Melilla, a través del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), y realiza labores de coordinación generales y básicas entre las distintas comunidades".
Nuestra denostada y abandonada sanidad por ciertos partidos políticos a los que solamente les interesa privatizarla en beneficio de sus amigos y así llevarse suculentas comisiones, como no se tomen cartas en el asunto, acabaremos en el mejor de los casos soportando larguísimas colas de espera para realizarnos pruebas diagnósticas o acudir a los especialistas, cuando las dolencias ya tengan un mal pronóstico, y en el peor viendo cómo a consecuencia de la falta de personal médico, si no hay dinero para acudir a la privada moriremos de asco en una esquina.
La sanidad pública en España siempre ha sido envidiada por otros países donde si no tienes dinero no hay médico que te atienda.
¡Ojo!, porque nuestra sanidad pública no es gratuita, la pagamos con nuestros impuestos, esos que muchos no quieren pagar y cuando les da un parraque y su seguro privado no les cubre el servicio acaban en la sanidad pública.
Es muy fácil para los que tienen poder adquisitivo ir en contra de todo lo que huela a mejorar los servicios y derechos a una sanidad pública y de calidad para todos. Desde su zona de confort vomitan su odio y se oponen a todas las medidas que el Gobierno de coalición está llevando a cabo.
Teniendo las espaldas cubiertas... los demás que se apañen como puedan.
Los médicos y personal de enfermería son los que muchas veces pagan los platos rotos cuando los pacientes vamos a quejarnos cuando, por ejemplo, estás esperando hace un año para que te cite el especialista y al no recibir ninguna cita se llama al hospital a preguntar que ha sido de tu cita y te dicen, ¡ah!, su cita no está metida en el buzón... Si además de esa cita tienes varias pendientes con otros médicos, apaga y vámonos. En este caso la culpa es de quien no hizo su trabajo correctamente y ni se ha preocupado de la lista de pacientes a los que tiene que citar.
La gente se muere y no es todo por culpa del covid (este muchas veces es la excusa para todo), ya que cuando se acuerdan de uno igual ya estás enterrado.
La mayoría de las veces tanto los médicos como demás personal sanitario no tiene culpa de la falta de personal, tienen que multiplicarse para atender a todas las personas que necesitan atención médica.
Hay que invertir en investigación, hay que dar trabajo a muchos médicos que por falta del mismo o por no estar pagados como se merecen se buscan la vida fuera de España. Hay que potenciar lo nuestro, tenemos grandes profesionales en todas las ramas de la medicina y lo que no es de recibo es concertar la sanidad pública con la privada, eso ya se sabe que es para obtener beneficios e ir desmantelando nuestra sanidad de toda la vida.
Ahora todos quieren vender los seguros privados como el paradigma de la salud, muchas personas no tienen apenas para comer pero se pagan un seguro privado porque da caché y es lo más de lo más. No se dan cuenta de que si vienen mal dadas su seguro no les atiende y acabarán en la sanidad pública, esa de la que reniegan porque está manga por hombro.
La sanidad privada no es la primera ni será la última vez que cuando el caso es tan grave que necesitan la UCI, ¿adónde mandan a sus pacientes asegurados? ¡A la sanidad pública!
Jamás se tenía que haber privatizado ningún servicio público. Lo público es servicio, lo privado es negocio y no hay más.
Para muestra y ejemplo vergonzoso tenemos a la señora Ayuso, todos sabemos cómo está la capital de la que ella es presidenta en temas de sanidad. Lo que no me explico todavía es cómo la Fiscalía no ha tomado nota de la actuación que ha tenido con los mayores y personas con discapacidad, a los cuales, en un triaje nazi, los condenó cuando la pandemia a no recibir atención médica y como consecuencia han tenido una muerte indigna. Para que estos deleznables casos no vuelvan a ocurrir hay que luchar por una sanidad pública y de calidad para todos.
Hay que aliviar la carga y el estrés que tienen los facultativos y demás personal sanitario por falta de recursos materiales y humanos.
Y eso depende de los de arriba, no de los médicos.
Todos tenemos que luchar porque nuestra sanidad pública vuelva a ser la envidia y el ejemplo para otros países.
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