Dios los cría y ellos se juntan, o no
No hay que dar por hecho, ni mucho menos, que estamos predestinados y abocados a un determinado tipo de vida por ser como somos y por pertenecer a un grupo social específico, ya que nuestro futuro no depende de los demás sino de nosotros mismos. Siempre estaremos en condiciones de variar el rumbo voluntariamente, y de orientarnos en el sentido que más nos convenga, independientemente de las circunstancias que nos rodeen y del ambiente en el que no toque vivir.
Tampoco debemos aceptar porque sí que dichas circunstancias son insalvables, ya que siempre está en nuestra mano poner todo el empeño en tornarlas más favorables, luchar por ello y no desesperar.
Es cierto que en determinados momentos de nuestra vida podemos ser muy vulnerables debido a las circunstancias y que no siempre depende de nuestra voluntad la toma de decisiones, pero siempre hay lugar para la esperanza, si ponemos algo de nuestra parte y no nos dejamos arrastrar por las corrientes pocos convenientes.
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