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Deporte en Mieres

17 de Febrero del 2009 - Javier Pérez López (Mieres)

Para los que seguimos en mayor o menor medida la actualidad deportiva de Mieres, no nos resulta difícil apreciar un hecho destacable: junto a una cantidad elevada de instalaciones deportivas, polideportivos (cierto es que construidos por ocurrencias y mal coordinados generalmente), destaca la crisis impresionante de competiciones deportivas federadas de equipos o personas del municipio.

Llama poderosamente la atención el hecho de que hace alrededor de treinta años, el movimiento deportivo federado mierense, pese a no disponer apenas de instalaciones y tener una mayor población potencialmente deportiva, era muchísimo más elevado que actualmente.

En 1978, pese a no haber apenas deporte individual (excepción hecha del atletismo y algunos deportes de oposición), existían equipos de fútbol, balonmano, baloncesto, voleibol, hockey, etcétera, que competían de manera permanente a nivel provincial o interprovincial (recordamos el equipo de balonmano y el de baloncesto Hunosa), y equipos femeninos estables. Había además torneos sociales del futbito de entonces, desaparecido cuando se extendió el fútbol sala; torneos puntuales de tenis, equipos de halterofilia, judo, kárate, rítmica

La pregunta podría plantearse de manera clara: si sobran instalaciones, hay menos población y aparentemente hay más dinero, ¿qué ocurre para que el deporte federado en Mieres se limite al hockey y al fútbol en todas sus modalidades y hayan desaparecido parcialmente el balonmano y definitivamente el voleibol y el baloncesto?

La primera respuesta que se nos ocurre es que, al menos por estos lugares, el espíritu social, la iniciativa popular, ha desaparecido de manera casi absoluta. Parece que todos estamos pendientes de papá Administración. El ejemplo más claro ha sido, en los recientes años, el fútbol sala. Ha pasado del cielo al infierno por falta de apoyo (¿?) institucional. Aun siendo grave lo ocurrido, socialmente es más grave todavía (y por supuesto deportivamente) que equipos de disciplinas tan populares como el voleibol y el baloncesto hayan desaparecido de nuestro mapa deportivo, de manera silenciosa y sin que absolutamente nadie haya dicho nada. No se ha movido ni una sola conciencia. Otros como el atletismo no han desaparecido totalmente, pero su presencia es puramente testimonial.

Está claro que para que exista movimiento deportivo, primero es necesario un material humano suficiente, motivado e incentivado; en segundo lugar, una canalización de inquietudes que iría desde la facilidad para la práctica hasta la educación e instrucción deportiva adecuadas; en tercer lugar, un apoyo facilitador por parte de las federaciones que hiciese de éstas organismos coadyuvantes y no administrativos o gerenciales, como ocurre en general, que dificultan más que ayudan, y, finalmente una apuesta que vaya más allá del marketing por parte de los organismos públicos próximos, basada en la seriedad, el apoyo material, humano y económico, y en un proyecto a medio largo plazo conocido.

Por lo que toca a nuestro concejo, el material humano es insuficiente (acúdase a las estadísticas) y no está motivado; las instalaciones (como hemos dicho) son suficientes, no variadas, y están mal ubicadas y deficientemente gestionadas (salvo excepción), y el campo de la educación y formación deportivas, inexistente. Por lo que respecta a las federaciones, los que conocen de sus sistemas saben sobradamente que, lejos de promover, ponen trabas administrativas y económicas constantemente, es decir, no facilitan la práctica deportiva. Finalmente, por parte de nuestro Ayuntamiento, pese a disponer de un órgano para la promoción y el apoyo (estatutariamente), ni tiene política deportiva ni, por supuesto, proyecto dirigido convenientemente, a excepción de algunas ayudas económicas a todas luces insuficientes, y la gestión de alguna instalación de las muchas públicas existentes en el municipio.

En definitiva, que, según mi modesto entender, en el plano de la competición deportiva aficionada y federada estamos peor que hace treinta años, aunque en el plano de las instalaciones y los medios estemos lógicamente- mucho mejor. ¿Quién empieza a solucionar esto?

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