Halloween: Truco, atraco
O Celtas largos. Podría ocurrir que la polémica tan coyuntural y recurrente en estas fechas a propósito del Halloween de importación, ocultara el Halloween autóctono y crónico que en España venimos padeciendo o celebrando, según del lado que se viva (que ya es una forma de decir cuando estamos hablando de muertos). Y es que los zombis del Halloween hispánico no son unos muertos que regresan; al contrario, son unos muertos muy vivos que no se quieren ir (ni se ve forma de echarlos).
Que nadie se consuele con aquello de dejad que los muertos entierren a los muertos, porque estos muertos nuestros, lejos de enterrarse, se reparten ascensos y subvenciones y hasta se intercambian ministerios y direcciones generales. A los otros, es decir, a nosotros, nos llaman la ciudadanía y ellos saben muy bien, con esa lucidez que debe de venirles de mirar del más allá, lo que queremos y lo que nos conviene. Lo que la ciudadanía quiere Dicen suficientemente alto para que nos enteremos. Y los otros nos vamos enterando de lo que queremos, si es que no nos habíamos enterado.
Entienden muy bien estos zombis que, a efectos de poder, es más eficaz alterar el sentido de las palabras (truco) que cambiar las condiciones de vida (trato). Comparen, si no, lo que significaban hace apenas seis años y lo que significan hoy palabras tan definidas y definitorias como matrimonio, aborto, guerra, crisis, paro. Nos van sometiendo, además, a una moral muy rigurosa en que casi todos los pecados son mortales y la penitencia no es rezar sino pagar. Aunque por lo menos no se necesita examen de conciencia ni confesión de boca, pues tienen ellos unos artilugios que detectan las faltas. Sopla aquí, te mandan y ya te pillan si has pecado. Y a pagar y a dejar puntos: truco, atraco.
El más vivo de estos muertos puede afirmar sin que se le mueva un pelo que ve todo lo que hacemos y escucha todo lo que decimos; no necesita añadir que supone todo lo que pensamos. Aunque algún fallo ya tiene; por ejemplo, el chivatazo del Faisán, que ni visto ni oído (y por supuesto, ni resuelto). ¿Para dónde estaría mirando el que todo lo ve y escucha, sobre todo cuando duerme? Seguramente que para la graciosa Oposición de su Majestad; que tiene más peligro (la Oposición) que cualquier banda terrorista; pues que se sepa- ninguna banda aspira a desalojar al Gobierno de la Nación, mientras que ese es precisamente el deseo inconfesado e inconfesable de esa desleal Oposición. Es más, la banda hasta encendería velas en Begoña y en Aranzazu (y hasta en Atocha) por que le dure la Santa Compaña de este gobierno de zombis.
Durar: Halloween es un folklore celta, muy siniestro, de una noche al año. Esta pesadilla nuestra puede durar dos o tres legislaturas (a no ser en Asturias donde, por lo que se va viendo, nos vamos a quedar definitivamente góticos). Lo dicho, celtas largos.
Ramón Alonso Nieda
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