Urgencias en Oviedo, que Dios nos coja confesados
Estoy totalmente de acuerdo con la carta aparecida en su periódico, sección de «Cartas al director», del día 20 de octubre, a propósito de la reforma de las Urgencias de Atención Primaria en Oviedo.
La Sanidad era de las pocas cosas que nos quedaba, de las cuales pudiésemos presumir, y estos gestores de tres al cuarto nos la están echando a pique. Miedo me da pensar que la señorita, digo bien, señorita Leire Pajín ocupe el Ministerio de Sanidad.
Una, fue educada en la cultura del «por si acaso» y la prevención. Eran tiempos más difíciles y más duros, y lo que no pasa nunca podía pasar. Llegar arriba nos costaba mucho y había que demostrar la valía; no como ahora, que por artículo 14 tenemos a «Pedrín dirigiendo el jardín».
Esto último lo digo a propósito de la gestión del SESPA, la dispersión geográfica de nuestra área sanitaria y el personal con que contamos para atenderla. Imagínense que en el horario nocturno de Urgencias se pone enferma una persona en Trubia, otra en Tudela Veguín y una tercera en El Escamplero, ¿cómo se arreglarían esos tres pobres médicos y dos ATS que cubren el servicio en la Lila?
Lo primero, creo yo, empezarían por sortear cuál de los tres se desplaza sin ATS. Lo segundo, ¿quién atendería al resto de los 250.000 habitantes? Lo tercero, ¡que Dios nos pille a todos confesados!
Hay cosas que no pueden ser y además son imposibles. No podemos prescindir del servicio de bomberos porque últimamente haya pocos incendios. No podemos reducir la plantilla de la Policía porque se cometan pocos delitos. Y como es lógico no podemos tener a la capital del Principado con sólo tres médicos y dos ATS, en el Servicio Nocturno de Urgencias, porque casi nunca pasa nada y la salud de los ovetenses es muy buena. Hay que prever, «por si acaso», para evitar lamentaciones que como siempre llegan mal y tarde.
Me gustaría saber cuántos médicos y ATS tienen poblaciones como Gijón, Avilés o Langreo, por decir algunas, en el horario nocturno de Urgencias.
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