En lenguaje inclusivo no cuesta tanto
Mucho antes de que las redes sociales pusieran sobre la mesa el debate del lenguaje inclusivo, yo ya me preguntaba por qué se usaba el masculino genérico para designar ambos sexos. Fue en una clase de natación donde éramos cinco niñas y un niño y el monitor utilizó “todos” y no “todas”. Unos años más tarde, en el instituto, se repetía una situación parecida. Ni siquiera se intentaba el uso de nombres colectivos como “alumnado”.
Creo que es importante reflexionar sobre el contexto que subyace al uso del masculino genérico, ya que esta elección no fue al azar, sino que se debe a que la mujer era apartada de la vida pública. Por lo tanto, el origen es puramente patriarcal.
La sociedad avanza y la lengua se resiste, pero si queremos conseguir una sociedad más justa debemos cambiar la forma en que nos comunicamos.
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