Ni una mentira más
Ni una mentira más, de esas que por mucho que se repitan jamás se convierten en verdad. Dice Ismael Serrano que el amor es eterno mientras dura, y al Occidente el enamoramiento con los grandes partidos se le ha acabado. ¿Por qué se rompió la relación? Infidelidades, falta de compromiso y de proyecto en común. Una relación sin futuro que nos ha llevado al divorcio y no hay vuelta atrás. Se acabaron las segundas oportunidades. Otro matrimonio roto.
El símil es aplicable y como en toda ruptura hay que pasar el duelo, hasta aceptar que la cosa no tiene solución y que hay que empezar a vivir sin el otro. Son tantos los años sometidos a los grandes partidos que cuesta verse sin ellos, pero al final la propia vida nos ha llevado a esto. Sí, lo reconocemos, tuvimos dependencia emocional. ¿Qué sería de nosotros sin el PSOE o el PP?, nos preguntábamos.
Tenemos que sacar el orgullo del Occidente a relucir, basta ya de maltratarnos y de aprovecharse de nosotros cada cuatro años solo para rascar unos diputados que permitan que la ecuación sea perfecta para gobernar la región sin contar con nosotros, sin recibir más que migajas. “Al final cada uno hacía su vida”… por eso se divorciaron.
Sumario: Por qué nace la plataforma de electores SOS Occidente
Destacado: Quince años después de la ley para el Desarrollo Sostenible del Medio Rural, nada fue verdad, ni un euro para su desarrollo, falta de voluntad, de compromiso político y de gestión
Más allá de las carencias diarias a las que nos enfrentamos -falta de infraestructuras, brecha digital, hospitales sin especialidades básicas cubiertas, montes sin aprovechamiento y sin gestión para evitar incendios, pésima gestión de los daños a la cabaña ganadera, niños con problemas en el transporte escolar…- hay un incumplimiento básico de una ley que hubiera sido la muestra de que de verdad al Principado el mundo rural le importa.
Los divorcios no suelen darse de un día para otro. En el año 2007 el Congreso de los Diputados aprobó a nivel estatal la ley para el Desarrollo Sostenible del Medio Rural, que jamás llegó a desarrollarse, pese a que llevase esta palabra implícita en su nombre. Dice esta ley que “a partir de ahora (es decir, hace 15 años) contamos con una política rural de Estado para la España rural que puede contribuir a mejorar decisivamente su economía, el bienestar común de los ciudadanos y los servicios públicos que reciben, así como la conservación de los recursos naturales y culturales”. Se comprometía el por aquel entonces presidente del Gobierno, Zapatero, al “desarrollo de una verdadera política rural concertada para todo el Estado” con una importante aportación estatal de recursos económicos, instrumentada a través de los Presupuestos Generales del Estado y con la participación financiera de, en nuestro caso, el Principado. “Para que quienes vivan en el medio rural puedan ejercer sus derechos y disponer de nuevas oportunidades en condiciones de igualdad”, concreta el texto.
Quince años después de aquel contrato, de aquella ley, nada fue verdad, ni un euro para su desarrollo, falta de voluntad, de compromiso político y de gestión. Otra burla más para el Occidente que argaya, que se despuebla, que se queda sin nenos, que carece de suelo industrial para su desarrollo. Falta de compromiso. Falta de política real.
En la salud y en la enfermedad hasta que la muerte nos separe, firman los contrayentes. Pues eso, hasta que la muerte nos separó. El Occidente luchará solo por lo que le corresponde por derecho. Allá cada uno con su conciencia. La nuestra, tranquila, y el compromiso con nuestra xente, intacto. No estamos muertos, tan solo divorciados, fuertes, luchadores, empoderados. Justicia social… y en gananciales, que hay que recordarles que somos la mitad de Asturias.
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