Huelga de médicos
Si hay un colectivo (su código deontológico sugiere más responsabilidad) donde la huelga es inapropiada, indecente e injustificada (en este caso, el fin no justifica los medios) es entre los profesionales de la sanidad pública. No dejan de fabricar ladrillos o maquinillas de afeitar, dejan de atender enfermos.
Pueden reivindicar todo y más, pueden sus muchos sindicatos con sus múltiples liberados plantear sugerencias para mejorar todos los aspectos por los que están disconformes; pueden incluso acudir a los tribunales, pero jamás en nombre de la desatención de los pacientes, pasar a desatender por iniciativa propia con una huelga que hará crecer la desatención.
¡Fíjense bien! No he escuchado planteamientos de acabar con las listas de espera tan criminales. Una sanidad tardía no es sanidad, es dejadez y muerte. Lo vemos en el exceso de fallecimientos actuales.
Todos ustedes han estudiado muchos años para no ser escuchados por las administraciones. Son personas respetadas, admiradas y con la preparación suficiente como para no solucionar los problemas más que con huelgas que son recurso de otro tiempo.
Los médicos/as tocando cornetas y tambores por la calle, bailando y soplando matasuegras es un imagen que les rebaja hasta donde llega su personalidad.
Duele mucho verlos y verlas siendo marionetas, manipulados por partidos que buscan desgastar al Gobierno de turno con su reputación. Sus problemas, y los problemas de la sanidad pública no son patrimonio de Ayuso, ni excepción de Madrid, ocurre en todas las comunidades casi por igual. Ya antes de aparecer la nefasta Ayuso, existían todas y cada una de las reivindicaciones suyas, claro, aumentadas por una pandemia, no específicamente por Ayuso. Ya viene de largo el pasacalles de batas sanitarias por las calles. Con lo cual demuestra poco poder de convicción de unos profesionales que, como decía, debieran tener otros recursos para persuadir antes de ir acumulando peticiones que hagan imposible así de pronto solucionar lo que no supieron defender en su momento, en cada momento.
Les escuchamos decir: faltan miles de médicos y enfermeras; no era más sencillo exigir por cada baja, reemplazo inmediato.
Repito, todas sus reivindicaciones bien pudieran ser ciertas, necesarias y obligadas ¿Dónde han estado sus representantes hasta ahora? ¿Dónde sus jefes, dirección, gerencias, mandos...? Que no van exigiendo corregir problemas sin llegar a amontonarlos para sacarlos todos de repente.
Lo de saturados suena ridículo, ustedes durante su jornada laboral no pueden hacer más de lo que quepa en ella.
Las verdaderas víctimas son los enfermos desatendidos por unas listas de espera inadmisibles. Ya nos olvidamos de aquello de prevención de enfermedades como el cáncer, ahora convirtieron esas enfermedades en muerte por necesidad, una colonoscopia o una resonancia con meses y años de espera con otros retardos para los especialistas de turno necesarios para detectar el mal y ponerle el tratamiento o la operación necesaria en tiempo y forma, eso es un crimen en toda regla.
No nos digan de quién es la culpa, seguramente de todos un poco, den soluciones, ustedes están ahí, deben incluso acudir a los tribunales si es que la Administración correspondiente no les escucha, pero jamás den esa imagen de procesión de batas tocando cornetas. Dense a respetar. Tengan dignidad.
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