El IPC y la actualización de pensiones
Según los datos que publicaba LA NUEVA ESPAÑA del miércoles 30 de noviembre sobre la repercusión del dato del IPC de noviembre en la revalorización de las pensiones para el año 2023, el porcentaje de subida de las mismas se ajusta casi al céntimo a lo que el Gobierno había anunciado en el proyecto de Presupuestos Generales para dicho año, y que era un 8,5%, con lo cual o en el Gobierno tienen un buen olfato, o la bola de cristal les funciona con máxima precisión.
Si nos guiamos del dato de pensión media de jubilación que aporta dicha información -1.504 euros/mes-, creo que lo correcto a la vista de cómo están las cuentas del sistema de pensiones, y teniendo en cuenta que se trata de un sistema de "solidaridad y reparto" y no de capitalización, creo que a la hora de aplicar el mencionado porcentaje de subida debería tenerse en cuenta la diferencia abismal existente entre la pensión de jubilación mínima y máxima, que ronda los dos mil euros de diferencia al mes; con lo cual, si se aplica ese 8,5% con carácter general, el abanico que representa el gráfico entre pensión mínima y pensión máxima aún se va a abrir más de lo mucho que ya está. Ya doy por hecho que quienes cobran la pensión máxima van a decir que para eso cotizaron más en su vida laboral, y es cierto, pero no todos los que cotizaron por menos tuvieron siempre la oportunidad de cotizar por más, sino que lo hicieron en función de sus emolumentos o nóminas mensuales. Vivieron mal entonces con bajos ingresos, y peor viven ahora con bajas pensiones. La pensión máxima de jubilación en 2022 es de 2.819 euros brutos/mes; no creo yo que nadie vaya a pasar hambre con esa pensión si se la congelan o le aplican un porcentaje de subida inferior al anunciado, y con el ahorro conseguido por el sistema, ir subiendo las pensiones mínimas en porcentajes superiores al anunciado.
Doy por hecho que con mi propuesta o sugerencia me voy a ganar a más de un enemigo, no es mi intención; comprendo que nadie, o pocos, estarán dispuestos a renunciar a sus derechos, pero como yo soy uno que, aún estando muy por debajo de la pensión máxima, sí estoy bastante por encima de la pensión media y, por tanto, también saldría perjudicado, pues no me duelen prendas en proponer lo que estoy haciendo. Cuando les fabes tán contaes, nun queda más remediu que repartiles si se quier ser justu, ¡pienso yo!
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