Benedicto contra el mundo
La de Benedicto XVI es una figura que va agrandándose con el paso del pontificado. El hombre sin imagen y sin carisma; la mano oscura de Juan Pablo II, adquiere, forzosamente, un impresionante relieve para quien mínimamente siga los pasos que va dando en esa lucha por devolver al mundo el alma que ha perdido en los últimos decenios.
Pocas veces se habrán dado en la historia del pontificado dos figuras sucesivas de la altura de los dos últimos Papas; de formas y características absolutamente diferentes pero complementarias y como previstas providencialmente para una misión que parece imposible.
Es Benedicto contra el mundo. Pero ese mundo entendido en aquel sentido que quiso darle Cristo cuando dijo vosotros no sois del mundo.
Los exagerados ataques de histeria antibenedicto son, en el mejor de los casos, una muestra de ignorancia sobre su mensaje: quién es el hombre y que le espera al hombre ajeno a su raíz . Menos comprensión tiene la atención mediática que han recibido esos actos de protesta, amplificados intencionadamente, cuando eran, prácticamente, tantas plataformas convocantes como individuos concurrentes a las protestas.
El laicismo ante el que nos previene es una consecuencia lógica de una ideología que ha hecho del relativismo la esencia de su pensamiento. Un relativismo para el que todo vale. Y cuando todo vale, nada vale en absoluto.
Benedicto XVI no viene a imponer nada. Viene a indicarnos el camino para encontrar de nuevo el alma de Europa que ha hecho posible lo que ahora somos.
Dios no es enemigo del hombre. La única alienación viene de poner, en su lugar, sucedáneos que pueden otorgar un primer sentimiento de liberación pero que llevan tarde o temprano a la perdida de cualquier horizonte. La destrucción de los cimientos solo puede llevar a la ruina.
Pero no es el mensaje del Papa alarmista o amenazante. El sabe que lleva en sí la verdad y que ésta, a la larga, siempre resplandece. El rostro de Benedicto que pudimos ver en Santiago y en Barcelona no es el rostro de la derrota.
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