Anda un AVE por el Huerna
Queridos niños, os voy a contar un cuento. Anda un AVE por el Huerna destrozando cuanto toca. Con el pico excava enormes agujeros por los que podría pasar hasta un tren. Con las patas escarba de tal manera que traslada inmensos montones de tierra de un lado a otro del valle como si nada. Si agita las alas, los árboles caen como palillos. También sabemos que tiende a depositar sus excrementos sobre zonas asfaltadas, caminos y pistas de uso ganadero. Y mea, vaya si mea. Mea tanto, sobre todo los fines de semana, que el pobre río Huerna toma sus aguas de color lechoso. Anda un AVE por el Huerna. Y ni nuestro amado Rey ni el Principado, ni ninguno de sus ministros han hecho nada para meterlo en razón. Y la gente del lugar está harta. (Fin del cuento).
Por el Huerna no anda ningún AVE y, a tenor de las últimas noticias, va a tardar en pasar más de lo esperado. Quienes sí andan son otro tipo de pájaros, presentes unos, ausentes otros, responsables todos ellos de la situación que paso a describir.
La carretera Campomanes-Puerto de la Cubilla en su tramo inicial y hasta la boca de los túneles de los Pontones está siendo utilizada tanto como vía de servicio para acopio de materiales como para traslado de escombros a los vertederos. Como consecuencia del intensísimo tráfico y la desidia de quienes dirigen la obra, el firme de la misma, sobre todo en los trayectos urbanos, está plagado de baches. En ellos se acumula el agua y el paso de coches y camiones ha embadurnado las fachadas de las casas. Los barrizales son de a cuarta. Cuando viene el sol, el polvo es la pesadilla. Han desaparecido muchas de las señales y las rayas que indicaban la posibilidad o prohibición de adelantar se han borrado. Destrozadas, asimismo, están las carreteras de Zurea y Malveo. En una reunión mantenida con el director regional de Carreteras, éste se manifestó totalmente de acuerdo con las reivindicaciones vecinales por entender que lo expuesto, añadido a velocidad inadecuadas, constituía un atentado a la seguridad. Hasta la fecha, nadie ha puesto remedio con la excepción de la colaboración de cuatro resaltes de aglomerado.
Los accesos a las fincas están en estado lamentable. El traslado de ganado de unos praos a otros requiere la ayuda de casi tantos vecinos como animales se trasladen, al tener que transitar mezclados con camiones y excavadoras. Los caminos y pistas embarrados y los desmontes en alguna de las bocas de los túneles, sin protecciones ni vallados, constituyen otro serio riesgo para personas y animales.
Se vienen produciendo vertidos al río Huerna, más intensamente los fines de semana, que nos hacen temer por el presente y el futuro de lo que fue un excelente río truchero. Los del agua para consumo humano, que se lo pregunten a la empresa gestora, que ya se vio en la necesidad de hacer cortes. Denuncias y sanciones económicas que se amontonan y, si se pagan, probablemente serán con cargo a presupuestos de la obra sin que sepamos que a ninguna persona física se le hayan exigidos responsabilidades.
Solamente después de una reunión reciente de vecinos con el Ayuntamiento de Lena y responsables de ADIF se han comprometido a cesar en las voladuras después de medianoche en los túneles de Sotiello; voladuras que dan sustos, hacen vibrar las casas próximas y que han provocado destrozos en alguna de éstas. Se han comprometido a mejorar la situación, pero llevan mintiendo e incumpliendo el noventa por ciento de lo que se acuerda con ellos desde hace más de cuatro años. Y así un sinfín de detalles que harían esta carta interminable.
Los vecinos han cortado la carretera en dos ocasiones. Y ahora sí. Ahora han venido. La Guardia Civil, siguiendo directrices de la Delegación del Gobierno, ha advertido a alguno de los participantes de la toma de medidas sancionadoras para quien reincida. Vamos, que el peso de la ley caerá sobre los agraviados. Este valle y sus vecinos fueron galardonados con el premio Príncipe de Asturias para considerarles un modelo de lo que significa saber y querer proteger el entorno. Pues bien, a ninguno de los de la foto con Su Alteza Real lo hemos vuelto a ver por aquí para interesarse por los destrozos medioambientales o las condiciones de la vida de los lugareños. Estamos peleando por nuestra seguridad y por que se nos guarde el debido respeto como personas y vecinos. Si no se toman medidas con agilidad, además de hacer imposible que nuestro entorno se vuelve habitable, no nos dejan otra opción más que seguir protestando. Le sugiero, señor Trevín, que destine a los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado a labores donde sea necesaria su presencia y que, en su lugar, vengan por aquí los responsables técnicos y políticos en cuyas manos está poner fin a esta situación.
Por desgracia, tenemos que alterar la letra de aquella canción de Nuberu y decir: Asturies, El Güerna ya ná te debe.
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