¿Fin vacacional de los diputados autonómicos asturianos?

Las encuestas hablan por sí solas, y los españoles ya consideramos que uno de los más graves problemas de nuestra sociedad son los políticos. Los diputados autonómicos del Principado de Asturias están en España a la cabeza de la vagancia y de la extravagancia, de la holgazanería y la desconsideración hacia los ciudadanos que los hemos elegido. ¿Vacaciones? ¡Sí, ho!, desde junio hasta mediados de octubre. ¡Manda huevos!, que decía el otro.

El asunto, claro, pasa desapercibido en la sociedad asturiana. Sí, sí, desde junio hasta mediados de octubre, nuestros padres de la patria asturiana sin dar un palo al agua. Es verdad que ya nos bastaría con que un solo diputado (o diputada, claro) de cualesquiera grupos políticos autonómicos nos convenciera de qué tarea política ha llevado a cabo durante estos casi cinco meses de vacaciones. ¿Tal vez alguna medida para acelerar la salida de una crisis que tiene a uno de cada cinco asturianos sin llegar a fin de mes? ¿Acaso cómo paliar el escándalo de los casi 90.000 parados asturianos? ¿Puede ser la búsqueda del final del nuevo hospital, o del muselón, con sus respectivos sobrecostes de vértigo y que no se sabe hasta dónde van a llegar? ¿Estarían trabajando nuestros diputados (y diputadas, claro), para acabar con el impuesto revolucionario del céntimo sanitario de la gasolina? ¿Tal vez buscando una solución para finalizar con la despoblación de Asturias, la región más envejecida del mundo? ¿Estarían trabajando nuestros diputados (y diputadas, claro), en pro del escaso número de campesinos, ganaderos o pescadores de nuestro Principado, es decir, a favor de los parias de nuestra sociedad? ¿Estarían laborando sobre cómo sacar a nuestra Universidad de Oviedo (con sus respectivos campus-derroche, de Gijón, Mieres y Avilés), de los peores lugares del ranking español de investigación? ¿Tal vez nuestros diputados (y diputadas, claro), estarían reflexionando sobre la necesidad de prescindir de la Defensora del Pueblo Asturiano, eufemísticamente denominada Procuradora General de Asturias, un cargo inútil salvo para ubicar a la hermana de la alcaldesa de Gijón, con un currículo jurista de bajura, y que además tiene en la «Comisión de Peticiones» un órgano clonado para idéntica tarea? Estarían pensando nuestros diputados (y diputadas, claro), durante estos cinco meses vacacionales, cómo finalizar de una puñetera vez el tramo Unquera-Llanes? ¿Tal vez cómo sacar al noroccidente asturiano de su letargo y aislamiento? ¿Estarían agitando sus conciencias acerca de sus millonarios sueldos, cargos en consejos de administración (sin más tarea aquí que la de cobrar grandes soldadas) utilización de visas oro, coches de 16 millones de pesetas, con sus respectivos conductores, teléfonos móviles, a todo pasto, cestas de Navidad con productos ibéricos, comisiones y kilometrajes para excursionar por Asturias, o por el mundo entero si es preciso, todo ello ¡todo!, a costa del erario regional? ¿Estarían estudiando nuestros diputados (y diputadas, claro), tal y como acaba de hacer nuestro arzobispo don Jesús Sanz (también el cura del Cristo de las Cadenas, de Oviedo), cómo donar tres meses de su sueldo a los parados asturianos? ¿Tendrá algo que ver en ello el bajón tensional del diputado socialista Fernando Lastra (que lamentamos), acordándose de cuando de forma zafia y cobarde «invitó» a nuestro arzobispo a trabajar en pro de la crisis? ¿Estarían nuestros diputados (y diputadas, claro), pensando cómo devolver al Estado los 700 millones de euros que le debemos por un erróneo cálculo financiero? ¿Tal vez habría que proponer a nuestro consejero de Hacienda y Economía para el «Príncipe de Asturias» de la Sabiduría? ¿Puede ser que estuviesen estudiando cómo explicarnos los resultados de tantísimas excursiones por Asia y América (de coste millonario para las arcas autonómicas), supuestamente en pro de grandes inversiones a favor de Asturias? ¿Dónde están los resultados? ¿Estarían nuestros diputados (y diputadas, claro), rompiéndose la sesera sobre cómo seguir primando a la casta sindicalera, regalándole anualmente cientos de millones de euros, supuestamente para la realización de cursos, cursillinos y demás pantomimas, sin más objeto que la farsa? ¿Tal vez estarían barajando cómo desprenderse de la legión de sindicaleros liberados sin más tarea que la vagancia? ¿Puede que pensando cómo explicarnos el derroche de la TPA en las clonadas retransmisiones futboleras y automovilísticas, que ya emiten otras cadenas nacionales? ¿Durante estos cinco meses vacacionales estarían pensando nuestros diputados (y diputadas, claro) cómo reducir el fracaso escolar, la indisciplina en las aulas o cómo dotar a los «centros de integración» de mucho más que una rampa y un ascensor? ¿Tal vez estarían lamentando que el profesorado asturiano esté, respecto de otras comunidades, a la cola de sueldos, a falta de una «carrera profesional» deliberadamente congelada? ¿Estarían reflexionando sobre cómo sacar el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) de su letargo, de su engomada y escapismo de la sociedad asturiana de la que nutre sus arcas? ¿Tal vez pensando en cómo convertir el «Camelo Histórico del Navia» en el «Parque Histórico del Navia» y ponerlo a funcionar? ¿Estarían nuestros diputados (y diputadas, claro) programando cómo deshacerce de la Policía Autónoma Asturiana, un lujo asiático inservible, inútil y caro? ¿Tal vez pensando en destituir a la esposa del presidente Areces, nombrada a dedo sin la titulación necesaria para dirigir al Instituto Adolfo Posada, donde ha demostrado su incapacidad? ¿Acaso dilucidando cómo cumplir rigurosamente con las contrataciones administrativas del Principado, que arrojan más de 100 irregularidades al año, según la propia Sindicatura de Cuentas? ¿Estarían nuestros diputados (y diputadas, claro) tratando de resolver los permanentes conflictos de los centros tutelados de menores? ¿Acaso tratando de conseguir las conexiones aeroportuarias que otras comunidades vecinas ya disfrutan, la recuperación de las obras de la Autovía del Cantábrico o el proyecto de las conexiones por AVE?

Si la respuesta a todos estos interrogantes fuese afirmativa daríamos por bien empleados los casi cinco meses vacacionales de los diputados (y diputadas, claro), de nuestro Principado. En el temor de que se trate de un abuso más, de parte de la holgazanería política que nos desgobierna en Asturias, con Álvarez Areces a la cabeza de la sumisión al Gobierno de Zapatero, es que les exigimos que se pongan a trabajar de una vez, que suden la camiseta y que al menos ganen algún partido. Aunque sea en el último minuto y de penalti injusto.