Llanos de Somerón, olvidado

El día 27 de mayo de 2007 se celebraron las séptimas elecciones a la Junta General del Principado de Asturias. El PSOE obtiene la mayoría simple con 21 escaños. Para que el candidato del PSOE don Vicente Álvarez Areces pudiera ser presidente, tuvo que valerse de un programa de actuaciones que aireó, publicitó y presentó a sus electores en la campaña electoral previa, con gran despliegue de medios y, por tanto, de dinero y de recursos dispuestos por su partido. El «aparato» del partido se encargó de que el programa electoral fuera conocido en todos los rincones de Asturias y que su candidato prometiera su total cumplimiento.

Uno de los medios utilizados por el PSOE para lograr que su programa fuera divulgado, fue el envío de cartas personalizadas. Así sucedió en Llanos de Somerón, perteneciente al concejo de Pola de Lena, donde un humilde vecino, don Gerardo Fernández Cachero, recibe una de estas cartas firmada por el propio señor Areces. En la citada misiva le transmite sus «compromisos» con Asturias «porque es mi tierra y me importa». Don Vicente promete a Gerardo (así le trata) que si ganan las elecciones se «acometerá» el centro de salud en Pola de Lena, «se pondrá en marcha el mayor parque de ocio y aventura del norte de España, Puerta de Asturias, que enriquecerá la oferta turística del concejo y hará de Lena un referente del turismo activo en Asturias». Se extiende prometiendo un sinfín de logros «en el campo de la era digital» y termina diciendo: «Gerardo, (…) le pido un voto de futuro y de ilusión, un voto para mi candidatura, para usted y los suyos». No sabemos si don Gerardo respondió o no a la petición del señor Álvarez Areces, pero lo que es bien seguro es que éste, una vez elegido Presidente, incumplió sus compromisos. Don Gerardo había creído, sin asomo de dudas, las promesas del señor Álvarez Areces y hoy, un poco delicado de salud, conserva con cierta perplejidad la carta que el actual Presidente le envió personalmente en la primavera del año 2007. Don Gerardo debiera saber que a los políticos, como a los venados, sólo se les oye cuando a ellos les interesa: a unos en la «berrea» y a los otros en las campañas electorales.

Pero es que, además, la carretera comarcal que une Llanos de Somerón con Puente de los Fierros (única vía de acceso a la primera población), que parte de la N-630, con una longitud aproximada de 4 kilómetros, presenta un lamentable estado de conservación, asolada por sucesivos «argayos» y desprendimientos debidos a las inclemencias del tiempo, extremadamente duras en esta zona. Se trata de una carretera ya de por sí peligrosa, con curvas muy cerradas, un desnivel pronunciado, un estrecho ancho de calzada, un piso bacheado y, desde el pasado mes de junio, seriamente dañada por el temporal de lluvias que azotó a Asturias y que propició un gran «corrimiento» de tierras que afecta a 30 metros de calzada, con el piso restante resquebrajado y con grave riesgo ¡ de ulteriores corrimientos.

Don Francisco González Buendía y don José María Pertierra de la Uz, rigiendo sus respectivas competencias, reaccionan (¿?), señalizando el «argayo», rellenando la cuneta y dejando al ingenio de los viajeros las maniobras necesarias en caso de que dos turismos se crucen. Prohibido el paso de vehículos como ambulancias, uvis, tractores, coches de bomberos y demás vehículos pesados, se deja a su suerte a los vecinos para que se basten en caso de producirse cualquier incidente que pueda poner en peligro su integridad física o su hacienda.

Hace años, ante el deplorable estado que presentaba la carretera de referencia, el entonces alcalde de Lena, don Hugo Morán Fernández, prometió un tratamiento integral de la carretera (supongo que como hacen siempre los políticos le llamaría TIC y nunca mejor denominado, porque en eso se quedó, en un tic del señor Alcalde).

Las sucesivas movilizaciones llevadas a cabo por la junta vecinal de Llanos, con su presidente al frente (entre otras el corte de la N-630, precisamente el día que nuestros mineros acudían a Rodiezmo con sus reivindicaciones debajo del brazo), no han conseguido sensibilizar a un Gobierno que tanto prometió en su día. Por eso los 40 vecinos residentes en invierno y que fácilmente se multiplican por dos los fines de semana o en la estación veraniega, siguen prácticamente aislados y dejados de la mano de Dios, porque la palabra de nuestros políticos deja mucho que desear.

A pesar de este cúmulo de despropósitos, Llanos de Somerón no pierde la esperanza de conseguir que su carretera sea reparada antes de que haya que lamentar alguna desgracia. Dios no lo quiera.

Gerardo Fernández González y 74 firma más, Llanos de Somerón (Lena)