La Nueva España » Cartas de los lectores » El cambio de apellidos, una nueva genialidad del Gobierno

El cambio de apellidos, una nueva genialidad del Gobierno

10 de Noviembre del 2010 - Alberto Torga y Llamedo (Nava)

Tanto en Holanda como en Alemania cuando en una instancia oficial me preguntaban por el apellido, les decía que tenía dos –Torga y Llamedo–, para sorpresa del funcionario. Momento que aprovechaba para sacar pecho y decir que las señoras españolas, al casarse, no perdían sus apellidos y asumían el del marido –como ocurría con las holandesas, alemanas y la mayoría de las señoras del resto de Europa–, sino que seguían con sus propios apellidos y luego transmitían el primero de ellos como segundo a los hijos.

Pero eso va a cambiar, debido a una nueva genialidad de la ex ministra de Zapatero, Bibiana Aído, en la misma línea de su salida de pata de banco respecto a «los miembros y las miembras».

Si sale adelante el proyecto de ley aprobado en Consejo de Ministros el pasado junio y que inicia ahora su trámite parlamentario, los padres tienen la libertad de elegir el orden de apellidos de sus hijos, es decir, puede ir como primero el de la madre, quedando el del padre como segundo. En el caso de que los padres no se pongan de acuerdo o no se lo plantean expresamente, el orden de los apellidos del recién nacido se decidirá por orden alfabético.

Una consecuencia a medio plazo de este desaguisado será que Abad, Abascal, Acebal, Acuña, Alonso, Álvarez… serán los primeros apellidos de los españolitos que vayan llegando al mundo, mientras que los Torga, Torres, Vázquez y Zapatero habrán desaparecido al cabo de un par de generaciones.

Pero la cosa ya viene de antes. El 6 de febrero del 2000 entró en vigor una ley aprobada meses antes, en virtud de la cual los padres, de común acuerdo, podían decidir el orden de apellidos de sus hijos. Pero una vez elegido para el hijo mayor, se aplicaba automáticamente a los hijos que nacieran posteriormente. Pero, al llegar a la mayoría de edad (18 años), el interesado puede solicitar que se cambie el orden de apellidos. En el caso de que los padres no se plantearan el cambio de apellidos, estos seguirían como hasta entonces: primero el del padre y segundo el de la madre.

Esa primera modificación fue aprobada por unanimidad en el Parlamento español, siendo su promotora Mercé Rivadulla, de Nueva Izquierda-Iniciativa per Catalunya-Els Verds. En realidad fue una rendición de los diputados de todos los partidos a las exigencias de las feministas radicales, a las que ninguno de ellos se atrevió a oponerse para no ser tildado de «machista».

Ahora, con la que está cayendo –en medio de una crisis económica con cerca de cinco millones de parados, si se cuentan también los «maquillados»–, sacar este proyecto de ley, para el que no hay ninguna demanda social urgente, tiene toda la pinta de ser una cortina de humo para que no se traten los problemas sangrantes, como ese millón largo de familias en la que todos sus miembros están sin trabajo.

Lo cierto es que el sistema de apellidos vigente en España hasta el 6 de febrero de 2000 era modélico en todo el mundo. Pero ahora puede darse el caso de que un joven invierta los apellidos al llegar a la mayoría de edad y pase a ser Pérez y Rodríguez, mientras que su hermano sea Rodríguez y Pérez.

Por otra parte, los historiadores que hasta ahora buceaban en los archivos españoles, lo tenían fácil, al saber que el hijo llevaba como primer apellido el del padre y el segundo el de la madre. Pero dentro de un par de generaciones, los nuevos historiadores se encontrarán con un «tochu-babochu» indescifrable, gracias a las genialidades de Mercé Rivadulla y de la promotora de «las miembras».

Alberto Torga y Llamedo, Sacerdote jubilado, Nava

Cartas

Número de cartas: 45897

Número de cartas en Septiembre: 1

Tribunas

Número de tribunas: 2078

Número de tribunas en Agosto: 6

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador