Mujeres y maravillas en la SF
Mi nieto estaba desmangando la librería, y no tuve más remedio que entablar conversación con la librera. A partir de ahí no sé cómo el tema derivó a la ciencia ficción o "science fiction" (SF). Pero ella me confesó que no conocía mucho ese género literario, y que las únicas mujeres que conocía en SF eran Ursula K. Le Guin y Octavia Butler. De Octavia Butler yo había leído la saga "Xenogénesis (Amanecer, Ritos de madurez e Imago)" y me sorprendió que la citara. Sin embargo, no me extrañó que citara a Ursula K. Le Guin, abundante en mi pequeña y superviviente colección de SF: "Los desposeídos", "La mano izquierda de la oscuridad", "El nombre del mundo es bosque", "Planeta de exilio", "El mundo de Rocannon", "La ciudad de las ilusiones". En aquel momento no le comenté nada de todo esto a causa de mi memoria, y porque mi nieto seguía desmangándole la librería, así que me limité a decirle que había otras muchas más autoras.
Al llegar a casa me propuse buscar cuántas escritoras tenía en mi pequeña y superviviente colección de SF. Y enseguida me di cuenta de que la primera que se debe citar es Pamela Sargent, escritora feminista y editora que siempre buscó el empoderamiento de las escritoras en la SF con antologías como "Mujeres y maravillas". Resulta que a muchas personas no nos gusta este mundo, y ya desde pequeños buscamos cómo escapar de él. Por eso leímos y leemos sobre otros mundos racionalmente posibles. Pero, si eres mujer, tienes que esforzarte más, y ya no solo lees, sino que escribes.
Para empezar a citar mujeres en la SF se debería comenzar por la británica Doris Lessing (Premio Nobel de Literatura), que en mi primera lectura de ella, "Memorias de una superviviente", me sorprendió, lo que me llevó a enterarme mejor de su obra, para luego encontrar "Archivos Canopus en Argos": una pentalogía de SF de la que solo pude conseguir "Shikasta" y años después "Matrimonios entre las zonas tres, cuatro y cinco"; siendo estas obras de lectura difícil para mí, no busqué las siguientes restantes. En el mismo entorno británico se encuentra Naomi Mitchison (que siendo lady nunca usó tal distintivo), prolija escritora y poeta; en SF escribió: "Memorias de una mujer del espacio". Tampoco olvidemos que en esa alta sociedad británica estaba Daphne du Maurier, que, aunque encasillada en el terror, escribió "Perdido en el tiempo"; además, su obra "Los pájaros" también se puede considerar SF.
Volviendo a la esfera no británica, deberíamos continuar por la feminista radical Joanna Russ, con su "El hombre hembra" y "La muerte del caos". En ese trasfondo feminista también está Sheri Stewart Tepper y su "Puerta al país de las mujeres". Después habría que seguir con el prodigioso currículo científico de Catherine Asaro y su obra "Rosa cuántica". O el también sorprendente currículo humanístico de C. J. Cherryh, con obras como "Rimrunners" y la saga "Cyteen (La traición, El renacer, La vindicación)".
Pasemos ahora a las maestras de profesión. Tendríamos a Connie Willis con su "El libro del día del juicio final" (con los tres premios: "Nebula", "Hugo" y "Locus"). Y también a Zenna Henderson, que causó gran influencia en otros muchos escritores (dicho por ellos) y que siendo maestra en un campo de internamiento para ciudadanos estadounidenses de origen japonés durante la guerra, se inspiró en esa experiencia para escribir su maravillosa saga de "El Pueblo (Peregrinación, El Pueblo sin diferencias, Otros relatos sobre El Pueblo y Otros relatos), es considerada prefeminista por las feministas, pues usa roles de género enfatizando que lo femenino conduce a la pacificación y a la resolución de conflictos. Hay también otra autora con la que he disfrutado mucho: Anne McCaffrey, de origen irlandés (nacida en el Estado de Massachusetts), que se permitió vivir en una mansión georgiana en Dublín y es autora de la saga "Los jinetes de dragones de Perth", de la que solo poseo las obras "El vuelo del dragón", "La búsqueda del dragón", "El dragón blanco" y "Moreta"; pero también de ella tengo "El planeta de los dinosaurios" y su continuación, "Los supervivientes".
Entraremos ahora en un apartado donde los matrimonios importan (importó en el caso de lady Mitchison, baronesa por matrimonio). Pero empecemos por el desafortunado matrimonio de Marion Zimmer Bradley, quien estuvo casada con un personaje extraño, y ella misma tuvo acusaciones póstumas de abusos muy turbios; de ella en mis librerías tengo las obras de "Antorcha" y la saga de "Darkover (Los herederos de Hammerfell, Dos para conquistar, El sol sangriento)". Pero al fin llegan los matrimonios afortunados (con otros escritores de SF). Empezaremos por Kate Wilhelm, casada con Damon Knight y autora de "Donde solían cantar los dulces pájaros". Luego Nancy Kress, casada con Charles Sheffield -fallecido a los cuatro años de casarse-, con títulos curiosos como "Mendigos en España" y su continuación, "Mendigos y opulentos"; también poseo de ella "Una luz extraña". Por último, el matrimonio entre Karen Haber y su marido Robert Silverberg, que firman juntos "Tiempos de mutantes", pero que ella tiene una sorprendente obra propia en la que se basan películas y series de TV como "X-men" o "Star Trek: serie Voyager".
No están todas y hay muchas más, como Tanith Lee, Sonya Dorman, Carol Emshwiller, Judith Merrill o Miriam Allen Deford..., conocidas por mí por sus relatos cortos en antologías de SF que tengo. Para todas ellas, este mundo puede ser mejor, y para eso escriben: para mostrar cómo mejorarlo.
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