Cuando lo que llueve es publicidad

El 28 de enero, Día Europeo de la Protección de Datos, es una fecha señalada que nos recuerda a todas/os la importancia de observar diligentemente el tratamiento de los datos personales de los ciudadanos.

“Nos pasa a todos, pero tiene solución”… Es mi respuesta cuando cualquier persona de a pie se refiere con aspavientos a la publicidad no solicitada e indiscriminada que recibe a través de correos electrónicos, llamadas telefónicas en horarios poco prudentes, aplicaciones de mensajería instantánea (WhatsApp), SMS ya cada vez menos.

“¿Dónde está la protección de datos en esos momentos?” —me señala con un dedo, casi acusador, en espera de una respuesta convincente y que no incluya términos jurídicos, entendible para cualquier mortal, ¡vamos!

La publicidad no deseada es una de las quejas más comunes y frecuentes que suelen plantear a los que profesionalmente nos dedicamos a asesorar en este ámbito.

Sí, entre nosotros —que hay una normativa que regula cómo deben tratar las organizaciones nuestros datos personales (reglamento europeo 2016/679 y ley orgánica LOPDGDD 3/2018, que lo adapta al ordenamiento jurídico de nuestro país)— casi todo el mundo lo sabe. Pero no todo el mundo sabe cómo evitar esa publicidad no deseada. Y ahí viene la respuesta que hace que ese dedo acusador se repliegue.

“Lista Robinson”… Corría el año 93 del pasado siglo (¡¡cuánto tiempo!!) cuando la Federación de Comercio Electrónico y Marketing Directo creó este servicio gratuito de exclusión publicitaria, en principio y en aquellos tiempos exclusivamente para el correo postal, pero desde 2009, y ya respaldada por la Asociación Española de la Economía Digital, se amplió su actuación al ámbito digital.

Cualquier persona mayor de 14 años puede solicitar su inscripción en la lista a través de la web de este servicio gratuito, www.listarobinson.es, o incluso solicitar la inscripción de menores de edad, tratándose de su madre/padre/tutor legal, etcétera, para evitar la recepción de esta publicidad no deseada, y, evidentemente, no solicitada, a través de correo postal, correo electrónico, mensajería instantánea, SMS/MMS y/o llamadas telefónicas.

La “Lista Robinson” no solo nos permite indicar, como venimos comentando, a través de qué medios (postal o electrónico) no queremos recibir publicidad, sino que incluso nos va a permitir indicar de qué sectores no queremos recibirla (telecomunicaciones, automoción, ocio, financiero, formación, ONG, etcétera).

De este modo, las organizaciones que pretendan realizar comunicaciones publicitarias deberán previamente consultar estos sistemas de exclusión publicitaria que pudieran afectar a su actuación, excluyendo de su remisión a cualquier persona inscrita en la misma y que hubieran manifestado su oposición o negativa a recibirlas. De no hacerlo, se pueden enfrentar a reclamaciones por parte del afectado y a importantes sanciones administrativas.

Esperemos que la concienciación y sensibilización que tratamos de inculcar en las organizaciones que asesoramos las/os profesionales del sector, y la sensibilización de la ciudadanía en general en lo que a la importancia de sus datos personales se refiere, vayan impregnando nuestro tejido empresarial y sociedad en general de una cultura de la privacidad.

¡Estamos avanzando! Cada vez son más las entidades que apuestan por proteger los derechos de los ciudadanos en todo a lo que al tratamiento o uso de sus datos se refiere. Así lo percibo en mi día a día profesional, con las entidades a las que asesoramos en nuestra empresa, en la manera en que han adquirido conciencia de la importancia de no poner en riesgo los datos personales que tratan en el ejercicio de su actividad habitual.

Este es el caso de la asociación Mujeres de Empresa (MdE), una red de mujeres autónomas, profesionales y empresarias que proyecta y apoya el desarrollo empresarial de la mujer en la sociedad. Comprometidas con el mundo digital, han ido adaptando sus políticas de privacidad a los tiempos que corren, globalización y nuevas tecnologías, teniendo en cuenta siempre, como no puede ser de otra forma, la normativa aplicable.

Para todas aquellas empresas, autónomas/os, entidades, federaciones, administraciones de comunidades de propietarios, organizaciones varias, sigamos trabajando para proteger ese derecho fundamental que es el de la protección de los datos personales, suyos, tuyos, nuestros. Sigamos avanzando en impregnar a nuestra sociedad en general de esa deseada por todos cultura de la privacidad. ¡Es nuestra responsabilidad, nuestro derecho, nuestro compromiso! ¡Feliz Día Europeo de la Protección de Datos!