Disimular puede ser un arte
Si se hace bien, verdaderamente bien, se pueden conseguir unos magníficos resultados para que los demás te vean no cómo eres, sino como aparentas ser.
Para lograrlo hay que hacer malabarismos, porque requiere un considerable ejercicio y un manejo de las emociones que no está al alcance de cualquiera, pero cuando se consigue el efecto es muy gratificante, aunque con ello te veas obligado a vivir fingiendo permanentemente. Es arriesgado y peligroso, porque, "si se te ve el plumero" a las primeras de cambio, puedes caer en el más absoluto de los ridículos, y cargar de por vida con ese sambenito.
Disimular es sinónimo de disfrazar, de ocultar o de fingir. En definitiva, de engañar, y puede llegar a ser un arte si se perfecciona en la práctica diaria. Pero es un todo arte, y curiosamente es en la política en donde surgen con más frecuencia estos artistas, unos auténticos y consumados maestros del disimulo que nos dan lecciones cada día del fabuloso arte del disimulo.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

