Don Juan Velarde: In memoriam
Conocí y traté a don Juan Velarde Fuertes durante varios años en los Cursos de La Granda y siempre vi en él a una persona excepcional en todas las dimensiones: intelectual, moral, profunda religiosidad, de amena conversación y muy servicial. Durante mucho tiempo fue el alma de La Granda, a la que dedicaba mucho tiempo, esmero y entusiasmo. Supo recoger el testigo del espíritu de La Granda encendido por don Teodoro López-Cuesta. Don Juan supo estar siempre dando lo mejor de sí mismo para que La Granda, incluso en lo duros momentos de la pandemia del covid-19, funcionase con las garantías exigidas. Don Juan tuvo algunos detractores que en vano intentaron oscurecer sus grandes méritos académicos y de servicio a España. Era don Juan un gran admirador ilustrado, siguiendo la estela de Jovellanos. Entre los muchos aciertos que don Juan tuvo en la configuración de los cursos de La Granda no fue el menor la programación de los cursos de Teología, en unos tiempos en que las ciencias del espíritu son marginadas como irrelevantes incluso en los planes de estudios universitarios.
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