La Nueva España » Cartas de los lectores » ¿Serán los robots nuestros próximos amos?

¿Serán los robots nuestros próximos amos?

15 de Noviembre del 2010 - Carlos Muñiz Cueto (Gijón)

Siempre ha habido amos y esclavos: la producción recaía en los esclavos y la riqueza en los amos. Los esclavos procreaban esclavos y los amos amos: uno de ellos lo heredaba todo y, de los otros: unos se convertían en buscadores de esclavos formando legiones armadas que buscaban botines y nuevos esclavos para el Imperio, y otros se dedicaban a gestionar a los esclavos dentro del Imperio a las ordenes del emperador. Han pasado miles de años desde que sucedían estos hechos: ¿no lo creen ustedes así?

Hace 2000 años un revolucionario sembró un grano de mostaza: «todos somos hijos de una misma libertad, una libertad de misericordia y perdón, una libertad que no se posee, sino que se da». ¿Qué debemos hacer para obtener esa libertad? Se preguntaban al oírlo: «dejarlo todo, y seguirla». Nada posees, sólo eres usufructuario del tiempo que debes usar para transmitir lo realizado a las generaciones venideras. Debéis perseverar en perseguir la verdad del sueño de la libertad y esforzaros en transmitirlo. Hay un destino inapelable como el monolito imaginado por Stanley Kubrick, «cuando oigáis alarmas de guerra y revoluciones, no os asustéis, pues todo eso tiene que ocurrir primero».

Y así llegó la revolución por la libertad. Y con la llegada de la democracia y los hombres libres se maquilló el sistema amo/esclavo, ya que parte de la riqueza que producían los esclavos era cedida a los propios esclavos, con lo que éstos empezaron a considerarse auténticamente libres y pusieron lo que poseían: su prole (proletarios) a producir para ver si ahorraban lo suficiente para ser ellos mismos una empresa familiar propietaria de su producto. Algunos lo consiguieron, otros quisieron acabar con la libertad del amo para explotarlo y propusieron un Estado dictatorial como único amo y señor y perdieron de forma horrible porque acabaron siendo todos esclavos de todos. El sistema empresarial se fue dinamizando esperando convertirse en un sistema en el que todo el mundo fuese autónomo y capaz de tener su propia empresa. Pero vano intento, las empresas grandes, junto con los Estados controlan intereses singulares y continuó habiendo autónomos nada libres y, por tanto, esclavos. He aquí que entonces hacen su aparición los robots. Y aunque no se quiera percibir, todo se trastoca y permanecerá trastocado a partir de ese instante; el amo ya no necesita esclavos ni siquiera autónomos trabajadores: pues posee a sus robots y los procesos automatizados.

Los productos se hacen más baratos y al principio parece como que la gente puede obtener más y más barato la satisfacción de sus necesidades; pero el sistema no se modifica y ocurre que es toda la familia la que debe ponerse a trabajar externamente si quieren subsistir. Y así lo hacen. Y ganan esa primera embestida como familia al trabajar los dos. Pero entonces los progenitores están tan ocupados que no pueden permitirse el lujo de tener descendencia, y la familia al no tener descendencia, como tal, se suicida. Los robots ya no sólo ocupan los puestos manufactureros de los esclavos, sino que empiezan a ocupar los puestos de los gestores. Y el amo de los robots (cada vez más singular y solo) se enriquece y fracasa. Se necesitan esclavos consumidores para que en el sistema le mantenga como amo poderoso, por tanto, el amo se desplaza a la búsqueda de esclavos a otros países haciendo que éstos emerjan. Hacen su aparición el desempleo tecnológico y la deslocalización, y un yermo sin empleo de los hombres libres también va apareciendo. Nadie es libre si no se puede realizar con su trabajo; si no tiene salario no hará consumo capaz de satisfacer sus necesidades básicas; sin producir de forma competitiva (alta automatización y salarios bajos) no se puede exportar y obtener riqueza; si has cometido la estúpida acción de endeudarte creyendo real el valor de viviendas sobrevaloradas deberás pagar esa deuda; si no vendes al exterior lo suficiente no podrás comprar la tecnología que necesitas para ser competitivo ni pagar la deuda; si no has preparado para el conocimiento de esas tecnologías a tus generaciones, ni siquiera adquiriendo la tecnología podrás competir; sin tecnología deberás tener salarios ínfimos de manufacturero, y si ni tan siquiera tienes descendencia para disponer de esclavos manufactureros baratos y ni tienes ni puedes tener robots...

De cualquier forma los robots que ya están fabricando robots y se están haciendo cargo de la gestión mientras sus amos ignoran que el sistema se acaba (como dice José Luis Sanpedro en esta entrevista [ http://recorta.com/34f3cb ]) acabarán tomando las decisiones adecuadas para proteger a sus amos y a los países que los poseen y, en segundo lugar... ¿Qué pasa con los demás países? Bueno, estos Hal 9000 les buscarán algo para que puedan pagar la deuda contraída a base de esclavizarlos convenientemente mientras sus líderes les cuentan milongas como si del siglo XIX se tratara o de cualquier otra memoria histórica para disimular; o simplemente se caerán del sistema.

Posdata: Impresionan las frases que dijo de D. Manuel Díaz Ron y de las que me entero por sus necrológicas: En 2006 dijo: «Aquel sueño de hacer unos Estados Unidos de Europa está muerto». Y en 2008 afirmó: «Estamos pagando años y años de imprudencias y de falta de respeto al orden financiero internacional». [ http://recorta.com/b57c5f ] Y en España, añadiría, faltamos al respeto al conocimiento.

Conclusión: España (y Asturias más) ha despilfarrado su oportunidad de hace 30 años. Ahora toca enfrentarse al futuro y sin locuras [ http://recorta.com/071289 ]. Reflexionar.

Cartas

Número de cartas: 45897

Número de cartas en Septiembre: 1

Tribunas

Número de tribunas: 2078

Número de tribunas en Agosto: 6

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador