Igualdad también es ciencia
Al hablar de ciencia seguro que lo primero que nos pasa por la cabeza es la física, la química o la medicina. Y nos sorprende, incluso a mí me pasó al escribir este artículo en torno al Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia —que se celebra cada 11 de febrero—, que ciencia también es la economía.
Cuando se pregunta por mujeres de ciencia, el nombre que todos tenemos en la cabeza es el de Marie Curie, Premio Nobel de Química en 1903 y, sin duda, una pionera y ejemplo para muchas mujeres en la actualidad. Fue también la única representación femenina en la famosa foto de las Conferencias Solvay celebradas en 1927, donde se retrataron grandes científicos de la época, como Albert Einstein, Erwin Schrödinger o Auguste Piccard.
En aquel momento hubo dos aspectos que quedaban en un segundo plano: la representación femenina y la representación de todas las ciencias. La economía brillaba por su ausencia y solo había una mujer entre los 29 asistentes.
Sumario: Sobre la relevancia de las mujeres en el ámbito científico
Destacado: Si los premiados con el Nobel son, mayoritariamente, hombres, no es raro que los nominados también lo sean y, consecuentemente, los premiados
Quizá sean aspectos difícilmente equiparables. No en vano, si pensamos que el mayor reconocimiento que alguien puede tener en su campo es el Premio Nobel, este galardón no se entregó en el campo de la economía hasta 1969, 68 años después de las primeras ediciones de los primeros Nobel en Física, Química o Medicina. La economía se ha ido ganando su hueco en el entorno actual. Queramos o no, todo a nuestro alrededor es economía, y esta ciencia también afecta directamente a nuestras vidas. Falta quizá que se le dé la misma relevancia que a otras ciencias en la educación obligatoria, aunque este aspecto bien merecería un artículo de dedicación plena. No obstante, las mujeres somos el 50% de la población del mundo, y este número sigue siendo una asignatura pendiente desde 1927.
Algo que comparten las cuatro disciplinas de ciencia es la escasa representación femenina. Solo un 6% de los premios Nobel de Economía han sido ganados por mujeres (solo hay dos: Elinor Ostrom y Esther Duflo), un número que se repite en medicina y no hace sino empeorar en química (2%) y física (1%).
La premiada con el Nobel de Química en 2022, Carolyn Bertozzi, reflexionaba en una de sus entrevistas, tras la recepción del premio, sobre uno de los motivos por los que no había tantas mujeres premiadas con el Nobel, a pesar de que a ella misma se le ocurrían varias que podrían haber sido o ser premiadas. El principal problema que identificaba era que, para recibir el Nobel, debían nominarte otros premiados. El sesgo de familiaridad lleva, por lo general, a que cuando nos pidan pensar en alguien que se merezca un premio o galardón, pensemos en alguien que se asemeje a nosotros mismos. Consecuentemente, si los premiados con el Nobel son, mayoritariamente, hombres, no es raro que los nominados también lo sean y, consecuentemente, los premiados.
Esta es una reflexión que se puede aplicar a nuestro día a día, y por ese motivo quisiera aprovechar este espacio para animar a todas las personas que me lean a visibilizar a aquella mujer que tienen a su lado. Todas, vengamos de la física, la química o la economía, nos hemos encontrado con muchos más obstáculos de los que vamos a reconocer nunca. Por eso también invito a todas estas mujeres, profesionales, autónomas, empresarias, que buscan su hueco a que se acerquen a asociaciones, como es Mujeres de Empresa, para apoyarnos, visibilizarnos y, entre todas, conseguir esa mayor representación femenina en el mundo científico, empresarial y profesional que tanto necesita nuestra sociedad.
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