Las lágrimas por Haití no bastan
Deseo expresar mi enhorabuena a Fernando García y Marta Ramoneda, autores del texto y fotografía, respectivamente, del reportaje sobre que sobre Haití ha sido publicado en el Magazine del domingo día 14 y distribuido conjuntamente con el periódico LA NUEVA ESPAÑA.
Una vez más, queda constatado que hay personas y países de primera y tercera clase, especialmente cuando son víctimas de catástrofes naturales, hambrunas o guerras. La respuesta de organismos oficiales como la ONU, de estados con un elevado potencial económico, o del Banco Mundial y del Fondo Monetario (FMI), resulta vergonzante. Se publicitan, en un primer momento, con promesas de ayudas económicas y humanitarias que, generalmente, nunca llevan a término, y dejan a los más desposeídos de la tierra expuestos a la generosidad de grupos de personas que se movilizan por intereses muy diferentes a los de todos aquellos encumbrados por el poder político y económico.
Como queda patente en este impecable reportaje, los españoles manifiestan, una vez más, su sensibilidad y solidaridad con los más necesitados. Organizaciones -que nada tienen que ver con gobiernos enfermos de tanto mirarse el ombligo-, como La Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, o Intermón Oxfam, siguen trabajando con modestos proyectos que suponen un hálito de esperanza para la olvidada y enferma población de Haití.
Solamente, cuando la palabra cólera resonó en los oídos de los países privilegiados, se escucharon sus voces de alerta y la preocupación de que no llegasen a ellos enfermedad tan cruel. Barreras de impedimento, que no soluciones para erradicar in situ los orígenes de la enfermedad.
Gracias, Fernando y Marta, por habernos hecho partícipes de una realidad tan demoledora y enternecedora a la vez, y por ayudarnos a no bajar la guardia y seguir tomando conciencia de la mucha ayuda que aún necesitan los haitianos para que puedan vivir con un mínimo de dignidad.
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