Laura, eterna
A pesar de que llevaba largo tiempo retirada por voluntad propia del foco mediático, se ha recibido con enorme consternación la noticia de su fallecimiento por lo mucho que significó su inmensa sonrisa y su presencia en los primeros años de la televisión, de la que fue su indiscutible estrella.
Fue, sin duda, la principal impulsora de un medio en el que se encontraba como en su casa porque entraba casi a diario en el hogar de todos los españoles, cuando solo había un canal de televisión y las audiencias eran millonarias.
Son tantos los programas en los que participó como presentadora que no es necesario nombrarlos porque permanecen en nuestra retina y permanecerán para siempre porque Laura Valenzuela es ya, por derecho propio, historia de la televisión en España, porque fue la cara amable, visible y extremadamente atractiva de este medio en unos años en los que predominaba el gris.
Los de mi generación y los de varias otras nos hicimos mayores con ella, y Laura siempre estaba ahí, impecable, inmensamente atractiva, con un encanto sobrenatural y una naturalidad desbordante.
Laura se ha ido, como ella quería, en silencio, pero su imagen quedará para siempre en nuestros corazones.
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