Las hipotecas de Sánchez
La Moncloa es el dúplex más exclusivo de España. Son contados los que consiguen hacer frente a su prohibitivo alquiler. La pareja Sánchez Gómez, Pedro y Begoña para los allegados, lo ocupa desde el 18. Unos privilegiados. El inquilino anterior, un tal Mariano Rajoy, registrador de la propiedad que, políticamente, vivía por encima de sus medios, fue desalojado en desahucio por el magistrado De Prada, de Jueces para la Democracia popular e íntimo de Baltasar y Lola, la fiscal general del Estado de “Pues Eso”.
A partir del desalojo, de la gestión de la Moncloa se hizo cargo un “fondo buitre”, llamado eufemísticamente “arco de investidura” (el arco voltaico que electrocutó a Rajoy). El “fondo”, como la palabra indica, está formado por una asociación de rapaces (podemitas y nacionalistas vascos y catalanes) mancomunadas por el interés común de zamparse a la víctima: la España constitucional.
Los podemitas colgaron del alero en la Moncloa un nido de velutinas, un enjambre de hembras hiperactivas y dos zánganos; el inquilino tiene que aceptar tan incómoda vecindad como condición sine qua non del contrato de alquiler. Los de Bildu se cobraron la transferencia de prisiones y el acercamiento de presos para irlos soltando y, bajo mano, el olvido y la prescripción para trescientos y pico asesinatos que quedarán sin juzgar. Esto a corto plazo; a medio, coalición con el PSV para gobernar la comunidad.
La de ERC, como la de Bildu, es también una hipoteca a interés variable. Empezaron cobrándose el indulto contra los pronunciamientos de todos los tribunales concernidos. Pero el indulto no es una amnistía y deja secuelas penales (inhabilitación, multas, indemnizaciones). Sánchez mete mano en el Código Penal, saca la sedición y la deposita en el contenedor de reciclaje; refundida y con un par de martillazos, sale reconvertida en “Alteración agravada del orden público”. ¿Saldada la hipoteca catalana? Las cosas de palacio van despacio, pues llega Rufián con un listado de cuarenta comilitones en espera de juicio por malversación.
Los juristas para la democracia que trufan el Gobierno le hacen ver al Presidente que afortunadamente, como con el colesterol, hay una malversación mala y otra buena: malversar por la independencia de “la nación” no deja de ser en el fondo (de buitres) un objetivo noble. Penúltimo episodio: cómo arreglar lo del Barça-Negreira. Puesto que de fútbol se trata, se les puede reconocer a los mandarines catalanes el derecho foral de pernada que vienen practicando con impunidad de dos siglos a esta parte.
Este es un Gobierno progresista porque en cada caso los rapaces -Rufián, Junqueras, Iglesias y Otegui- deciden lo que (les) conviene. Si no lo entiendes, no esperes que te lo expliquen: para los progres, eso “va de soi”. Entre tanto Sánchez va por ahí diciendo que le llegan voces que le dicen “Menos mal que estás tú; aguanta, Pedro”. Voces que “le llegan de la oposición”. Así empezó lo de santa Juana de Arco, oía voces que le decían “Hay que echar a los ingleses”. Los ingleses la quemaron por bruja, los franceses la canonizaron por santa. Quien oye voces, como la de Arco, o tiene a Dios muy cerca o toma a Tezanos por Dios.
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